Casi siempre es bueno señalar a los que son contrarios a una buena idea, aunque no gocen de la adhesión de la mayoría de la población. Generalmente si la idea, institución o lo que sea es positiva, no solo no pasa nada por 'televisar' a sus enemigos, sino que la propia actitud de los adversarios, hace que brille y triunfe por sí misma lo que merece la pena.
Esto, a mi juicio, ha pasado con la institución monárquica en España. Posiblemente hasta la intervención de don Juan Carlos la noche del 23-F la monarquía era una institución aceptada a regañadientes en España. A partir de ese momento, su utilidad quedó de manifiesto y comenzó a ganar adeptos.
Pasado el tiempo, como ocurre con toda institución, sufrió ciertos desajustes en la acción de quién la encarnaba, pese a que su saldo histórico es netamente positivo. Pero hasta en esas delicadas circunstancias, la institución monárquica supo adaptarse y dar el golpe de timón que necesitaba: sustituyó nada menos que al timonel, en un ejemplo de servicio a España y a la propia monarquía.
La progresía radical y todos aquellos para los que esta institución les trunca sus planes de reyezuelos de taifas, predican que es algo arcaico, con el simplista argumento de que no se llega a la Corona a través de elecciones. Está claro que es así, pero quizá por eso, porque el rey no es elegido por sufragio directo, necesita de una mayor aceptación social que lo legitime, lo que se traduce en afinar bien el rumbo de su acción.
Teorías aparte, lo que es indiscutible es que España con otra forma de estado, pondría en peligro la propia democracia y los derechos más elementales de los españoles. ¿Se imagina a dónde llegaría Pedro Sánchez si fuera  presidente de la república, con Félix Bolaños como presidente del gobierno?  Si siendo solo presidente del gobierno está actuando con esa prepotencia, parcialidad y desvergüenza que le hace ocupar las instituciones sin el más mínimo pudor, está claro que no teniendo por encima ninguna institución representativa, Maduro, a su lado, parecería una 'ursulina'.
La diferencia de los venezolanos con nosotros es que ellos no cuentan con el amparo de ninguna institución como es nuestra monarquía, y ello les ha llevado a tener que soportar el mayor oprobio de los tiempos modernos.
Es cierto así mismo, que estar en la comunidad europea también ayuda. La supuesta no ocupación por las bravas del poder judicial por parte socialista, se ha debido en gran medida a presiones de las instituciones europeas, aunque Pedro Sánchez  ha cedido después de haberse hecho con la almena más alta del sistema judicial, que no cabe duda que es el Tribunal Constitucional. Con sus esbirros dominando el Constitucional, cualquier resolución de cualquier otro tribunal es papel mojado: dirán que es delito lo que les interese que lo sea, y dejará de serlo lo que afecte a los suyos. Por eso ha sido ahora cuando ha cedido a las presiones europeas, cuando ya tiene la llave del sistema.
De cualquier manera, mientras España cuente con la garantía que supone la monarquía, las veleidades de los dictadorzuelos se verán siempre limitadas, porque, por muy limitada que tenga el rey su función, es claro que es el jefe del Estado. Por eso nos hemos hecho monárquicos.