La lista de damnificados es interminable, Acercarse a Pedro Sánchez obliga a firmar un seguro de vida laboral, la posibilidad de destrozo de la actividad política o laboral es inconmensurable. El presidente de gobierno se ha ganado a pulso el calificativo de Terminator. Todo un Schwarzenegger con despacho en La Moncloa.

Primero fueron Maxim Huerta y Carmen Montón, obligados a dimitir por problemas con Hacienda. Si ellos supieran cómo se iban a desarrollar las cosas después, hasta qué punto llegaría la falta de moralidad y las dudas sobre el uso irregular del dinero público, en aquel momento se habrían sentido bendecidos por la suerte de caer por un pecado menor. Hoy, los que salen de Moncloa por la puerta de atrás lo hacen con su biografía machacada. No siempre por tomarse la decencia personal a título de inventario, sino que hay casos clamorosos de colaboradores de Pedro Sánchez que han sido víctimas de operaciones diseñadas exclusivamente para deshacerse de ellos al no demostrar suficiente sometimiento al líder supremo.

El último, Juan Lobato. Pero también suma papeletas para el destierro político Luis Tudanca, y se encuentra en posición delicada el gallego Besteiro, con un pésimo resultado electoral que tuvo más que ver con el rechazo a Sánchez que a su persona. Lambán está curado de espanto y se mantiene firme en su postura porque no pelea por ningún cargo, y Page seguro que es consciente de que se le respeta mientras porque gana elecciones en La Mancha. Pero Sánchez va a por él.

Se ha cargado el prestigio de jueces; lo perdieron en el ejercicio de sus ministerios al defender lo que juraron jamás defender, como exigía el presidente. Alvaro Ortiz es el primer fiscal general imputado, pero en su caso la responsabilidad es plenamente suyo: infumable que tan algo cargo haya intentado maniobras políticas para colaborar con el presidente en la destrucción de la biografía de Isabel Ayuso, una rival a la que Sánchez no sabe cómo eliminar tras cargarse el socialismo madrileño.

Relevantes cargos de Moncloa tienen citas con el juez por cumplir instrucciones de colaborar con la mujer de Sánchez para sus negocios privados, lo que podría ser delictivo; ha dimitido el vicerrector de la Complutense y está imputado el rector. Los tentáculos de Terminator llegan a todos los rincones. Y a ver cómo acaba Javier Hidalgo, una de las figuras del empresariado que se mueve con más soltura en campos muy dispersos.

Entre las víctimas, la mujer de Sánchez y su hermano, que recibieron tanta ayuda oficial para conseguir una situación laboral acorde con sus pretensiones, que hoy están imputados. Como lo que han tenido contacto estrecho con ellos para alcanzar sus objetivos.

Eso , a bote pronto, solo haciendo ejercicio de memoria. Pero los damnificados se cuentan por docenas.

A pesar de roto ello, nadie escarmienta en el sanchismo. El domingo, Sánchez será reelegido secretario general en ambiente apoteósico. Se entiende: se ha cargado a todos los que han antepuesto sus principios a los que pretendía imponerle Sánchez. Hay miedo a plantarle cara.