El daño, el drama, la conmoción y la rabia que deja el paso de esta DANA ha contagiado de dolor y frustración a todo un país que sigue paralizado por lo peor de cualquier tragedia natural: la pérdida de tantas vidas humanas en unas circunstancias de caos sin precedentes, y también de la imaginada desesperación al tratar de sortear las tormentas, el colapso y las enormes inundaciones que han arruinado tantas vidas y familias.
La dimensión que va alcanzando la catástrofe en tantos municipios de la comunidad valenciana, parece todavía imparable mientras avanzaban este domingo los trabajos de localización de otras víctimas en Letur, Albacete, al tiempo que se va planificando la reconstrucción de este municipio, como el de Mira, en Cuenca, donde también falleció otra vecina, y en otros pueblos próximos donde aún no se ha podido cuantificar el impacto de las riadas.
Precisamente ese otro paisaje horrible que aún no se ha visto, es otro de los capítulos pendientes de esta crisis para una posterior y obligada peritación, antes de comenzar la reparación, una misión más fácil de lograr a corto, medio o largo plazo, por tratarse de bienes patrimoniales recuperables, de replantación de cultivos, accesos, caminos o instalaciones que tendrán una salida en algún momento, a pesar de que miles de hectáreas necesitarán de algunos años hasta volver a producir. El cálculo más provisional que se está haciendo es sobre el capital asegurado que se cifra en unos 150 millones de euros, según Agroseguro.
Las organizaciones profesionales agrarias, enmudecidas por la devastación y el drama humano, han lanzado comunicados pidiendo paciencia a sus asociados ya que «la prioridad absoluta son las personas», como titula una nota de prensa de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) que señala pérdidas en la Comunidad Valenciana, en varias provincias de Andalucía y de Castilla -La Mancha.
En esta misma línea, Asaja Albacete reconoció que «aun es pronto para evaluar la superficie afectada y el impacto económico en la agricultura y en la ganadería de la zona, aunque las fuertes lluvias, la piedra y el viento acontecidos el 29 de noviembre hacen prever cuantiosos daños». Aseguran que hay otros pueblos como Yeste donde cayeron 150 litros por metro cuadrado, así como en otras comarcas de la provincia de Guadalajara donde muchos campos han quedado arruinados por los últimos coletazos de la misma DANA.
Agroseguro también ha salido al paso en estas primeras horas de la tragedia para recordar que «los daños están cubiertos por el seguro agrario», y añade que «las declaraciones de siniestro comenzarán a recibirse una vez que los asegurados puedan acceder a las explotaciones y constatar los perjuicios provocados por las tormentas». De hecho, el consorcio ha habilitado una dirección específica de correo electrónico para los damnificados por este episodio climático, aunque por los niveles de contratación, el alcance de la catástrofe superará el mapa que está cubierto y garantizado.
Quizás por eso, se mira ya a Bruselas. La Comisión Europea ha dicho que "está lista para ayudar", aunque es más que probable que el plan tenga como urgencia la recuperación de las poblaciones y la asistencia a los perjudicados. El campo posiblemente tenga que esperar.
En este sentido, el aspirante a nuevo comisario de Agricultura, Christophe Hansen, que este lunes se examina ante el Parlamento Europeo para ser confirmado en el puesto, ha señalado en sus redes sociales que ahora «la prioridad absoluta es ayudar a las personas en situaciones de emergencia».