Reconozco que otra columna sobre la limpieza/suciedad de Talavera resulte algo pelma lo que ocurre es que sigo paseando por la ciudad y cuando veo lo que hay se me vuelve a caer el alma a los pies. Y más abajo.
De acuerdo que en nuestro país, comunidad autónoma, provincia, ciudad, la limpieza no fue nunca lo más grande de las virtudes, pero supongo que estarán conmigo en que su absoluta falta y ausencia ya pasa de castaño oscuro: No existe más remedio que volver sobre ello -este pequeño detalle en que la esperanza de que alguna vez, si es que no se pone remedio de forma absoluta y radical, se vaya subsanando poco a poco y entremos todos- yo el primero, como dicen que dijo Fernando VII, «por el camino de la limpieza», Talavera lo agradecerá, me juego el cuello y lo que haga falta ya que tengo la total certeza. De la limpieza recurrente me viene a la cabeza otra vez las abandonadas y «huérfanas» ferias de la ciudad, mientras escucho casi a diario las excelencias y virtudes de las ferias de otras localidades, me sorprende y me duelen los silencios y el echar de menos las ferias y los festejos de Talavera. Naturalmente no me duele que se promocionen fiestas, como las de Albacete, pongo como ejemplo, lo que no soporto y tomo como verdadera afrenta es que las ferias y mercados se los ignore siempre y sistemáticamente. Esta muy mal y es verdaderamente injusto.
Inevitablemente lo que acabo de escribir me lleva a acordarme una vez más tanto del alcalde y quienes componen La Corporación Municipal, como de los miembros de instituciones que van más allá de las fronteras municipales, naturalmente me refiero a la diputación provincial e instituciones de idéntica o parecida especie, que por obligación, deber y razón de existencia, tienen entre su trabajo defender y preservar motores sociales y económicos del peso y la importancia de las ferias y los mercados talaveranos. Talavera, su comarca de la que viven y existen de toda la vida y la economía que de ella vive y de ella depende, se formaron a través de años y de siglos de incidir y de vivir generaciones en base al mercado de ganado, las ferias aunque nunca olvidaré la relación gloriosa y vivificante de la ciudad con su verdadero sustento que no ha sido otra que la relación con sus tierras: Sierra de San Vicente, Horcajo, La Jara, etc. que la han hecho lo que es actualmente, lo poco o lo mucho que sea. En cualquier caso todos entendemos que la posición de Talavera y los talaveranos a lo largo del paso de los años y el transcurrir de la historia no ha sido ni es el mejor ni más fácil.
Me parece mentira escribir en los términos a los que me refiero sobre estos asuntos que tienen que ver con Talavera y sobre todo en estos términos que creo tan capitales para la ciudad. Nunca creí en la existencia de complot para perjudicar Talavera y consiguientemente a los talaveranos de ciertos lugares y otra gente, lo que ocurre es que como decía aquella canción de Agua Viva: «No se muchas cosas, digo tan solo lo que he visto».