Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Reflexión en la izquierda

29/10/2024

De la misma forma que los tiempos de la justicia son lentos, los de la política son vertiginosos. Un periodo de cuatro días para dar explicaciones en persona es considerado un lapso inaceptable a pesar de que antes se hayan utilizado los nuevos medios de comunicación con la ciudadanía, las redes sociales, que son prácticamente inmediatas y en las que lo primero que hicieron los responsables políticos fue pedir perdón a las víctimas de Íñigo Errejón, lo único que no ha hecho el exportavoz parlamentario de Sumar, acusado de abusos sexuales. El 'caso Errejón' ya está judicializado, sin que se conozca cuál es el alcance de las denuncias de las que puede ser objeto.

Esa velocidad es la que lleva a todos los partidos a aprovechar las acusaciones contra uno de los fundadores de Más País, integrado en Sumar, para tirar por elevación, para buscar las cabezas más importantes de esos partidos, en el caso de que fueran encubridores del delito o no hubieran prestado suficiente atención por su responsabilidad in vigilando si les llegó alguna información. A nadie les sirven las declaraciones de los dirigentes de los partidos relacionados con Errejón de que no tuvieron conocimiento de las presuntas agresiones sexuales, porque se mantiene la sospecha de que no dicen la verdad, o porque políticamente no se va a soltar un asunto del que se pueden sacar réditos políticos, con argumentos reiterados de las críticas al solo sí es sí.

Ante la crisis de los partidos que viven los partidos a la izquierda del PSOE, acentuada ahora por el 'caso Errejón', la demanda más inmediata por parte de sus adversarios externos e internos es la asunción de responsabilidades, la petición de dimisiones cuanto más importantes mejor – Yolanda Díaz y Mónica García en el Gobierno; Manuela Bergerot en la Asamblea de Madrid- que de producirse no será por esas peticiones, sino producto de la reflexión interna en el seno de los partidos. Petición que alcanza hasta a Pedro Sánchez por tener a Sumar como socio de Gobierno, aunque la coalición sigue sin estar en peligro porque es una simbiosis de defensa mutua.

Han pasado cinco días desde que se conoció la dimisión de Íñigo Errejón que seguirá su curso judicial, mientras que la recomposición de la izquierda a la izquierda del PSOE será un proceso mucho más largo en el que están incursos todos los partidos de ese espectro político, dilucidando cuáles van a ser los mecanismos de funcionamiento interno en Sumar, y si será posible una mayor unidad de acción con Podemos, como pide IU, mientras en Más País siguen pensando que es un lastre. Por no hablar de las venganzas y rencillas pendientes. Otro motivo más para que Pedro Sánchez intente mantener la legislatura el mayor tiempo posible para tener alguna posibilidad de revalidar el Gobierno sin ganar las elecciones.

Otro debate en torno al caso Errejón es el relativo a la superioridad moral de la izquierda y la hipocresía en el tratamiento del feminismo en la que el gobierno "se va a cocer", según ha vaticinado el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo. Pero a este respecto es interesante la reflexión de un destacado analista de talante conservador:

"Es insoportable, además, que los mendaces sigan entonando la monserga ejemplarizante entre el escepticismo más general de los ciudadanos. Reza esto también para la derecha a la que asiste una 'ventaja', por así decirlo, sobre la izquierda, y es que nunca ha alardeado de superioridad moral, quizá porque es mucho más consciente de sus fechorías".