Juan Bravo

BAJO EL VOLCÁN

Juan Bravo


Rearme

23/03/2025

Es la palabra de moda desde que el presidente Trump llegó por segunda vez a la Casa Blanca con un ideario extravagante que ni se creía él mismo, pero que inspiró miedo. Hubo quien se creyó a pies juntillas las bravuconadas del personaje que, por suerte, pronto dio su talla de bufón. Lo peor fue su actitud para con sus antiguos aliados, compañeros europeos, a quienes, con amenazas firmes, conminó a pagar sus deudas y a crear su propio ejército. El mundo estero se echó las manos a la cabeza al oír de labios del propio presidente el cambio radical de su política con la Rusia de Putin, de quien se declaró amigo, frente a la Ucrania de Zelenski, a quien intentó someter a una de las vejaciones públicas más inauditas desde el suntuoso escenario del Despacho Oval de la Casa Blanca. Personajes influyentes del propio Partido Republicano estadounidense debieron emitir su queja ante tan burdo montaje, organizado para humillar a todo un gran pueblo con tres años de guerra a sus espaldas, medio país destruido y 250.000 bajas en aras de la libertad, y ello después de anunciar a bombo y platillo su inminente decisión de detener la guerra, concediéndole, por ser vos quien sois, a Rusia el título de vencedor oficial de ésta, y obligando, de paso, al perdedor -Zelenski- a ceder una serie de territorios por los que se había dejado la piel, y, lógicamente a pagar los 500. 000 dólares que le debía Ucrania en lo que se conoce como «tierras raras», ricas en minerales de gran valor.
El comportamiento del presidente de Ucrania, mostrando una dignidad fuera de lo común, al tiempo que hacía resaltar la indignidad de un capo mafioso que, por turbios manejos, ha alcanzado la presidencia de un gran país, fue el comienzo de su declive, acentuado por el comportamiento de Vladimir Putin, que lo que evidentemente pretendía era repartir una vez más el botín.
Queda la escabrosa cuestión del rearme de Europa (la Europa de las mil guerras y, en especial, la Europa de los Bloques  y las Alianzas, la guerra francoprusiana -que fue, en realidad, el Pórtico de la Primera Guerra Mundial, al igual que la guerra de España sería el Pórtico de la Segunda— las crisis balcánicas, la Paz Armada, la Europa que se aburría, y Prusia cada vez más enfrentada a la gran burguesía francesa, el atentado de Sarajevo, la Primera Guerra Mundial, a la que pusieron fin los Estados Unidos, y un poco antes lar Revolución rusa, el tratado de Versalles que, con la Crisis del 29 y la llegada del nazismo y del fascismo y la intervención del Japón, llevaron al mundo a la Segunda Guerra Mundial y a Hiroshima).
Y de ese modo, cuando, pese a la desmilitarización de Japón y de Alemania, el mundo de nuevo sufría la terrible primera amenaza de la guerra atómica tras la Crisis de Cuba, se daban los primeros pasos hacia el desarme y la distensión, viene Trump a urgir a la Vieja Europa. Es lo que tiene poner al frente de las naciones a aventureros sin conciencia.