Jesús Fuentes

ÁNGULOS INVERTIDOS

Jesús Fuentes


Crónica emocional

04/10/2024

Querían hacer la Revolución y organizaron la Transición. No sabían en qué consistía ninguna de ellas, pero eligieron entre lo posible o la nada. Las revoluciones disponían de dos modelos en los que inspirarse: la revolución francesa del XVIII o la rusa de 1917. Ninguna de las dos parecía viable para la España de una dictadura que agonizaba. La revolución francesa porque era burguesa, cuando aquellos jóvenes hablaban de Marx, Engels, Mao, Castro, el Che, Marcuse o Erich Fromm. Rusia  quedaba  a trasmano de la Península Ibérica, como para embarcarse en una revolución proletaria. Y más, cuando, ya desde Francia e Italia, llegaban rumores turbios sobre el comunismo soviético. Portugal hizo la Revolución de los Claveles, que no fue sino un fado optimista para implantar la democracia entre olor a flores. Mientras en España, a la espera de la muerte inacabable de Franco, se fue configurando un Estado social y democrático que propugnaría  como valores supremos la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político. De ese tiempo habla el libro que José María Barreda, 'Un militante de base en (la) Transición',  presentará en Toledo el lunes, día siete de octubre, en la  Biblioteca Regional de Castilla-la Mancha, a las 19 horas.
José María Barreda ha escrito una crónica emocional sobre las generaciones de la Transición. No se sí ha inventado un género literario nuevo, pues combina citas rigurosas de la historia, diario personal, memorias universitarias, militancia clandestina y usos y costumbres de aquellos años. Para trasmitirlo con claridad emplea el lenguaje, popular y del momento, sin sintaxis que confunda, con estilo sencillo, con datos de pensadores o de las canciones de moda. Escribe en capítulos cortos a la manera de secuencias de una película de arte y ensayo de las que se proyectaban en algún  colegio mayor o en los cines de arte y ensayo, donde cada película  generaba debates  abstrusos de política o dialéctica marxista. Fueron años de épica entre la teoría y la praxis. Se juntaba la juventud con la audacia de buscar nuevas formas de relación, nuevas maneras de producción,  la superación de un pasado torturado y la experiencia embriagadora de una libertad a punto de conquistarse. Una borrachera de absenta. Luego se impuso la realidad y José María Barreda terminó siendo presidente de Castilla-la Mancha. Había transitado de la teoría  a la praxis.