El parque de vivienda disponible para comprar en la provincia de Toledo se limita a apenas 8.500 unidades, una cantidad que evidencia una oferta minúscula frente a una demanda que no deja de crecer y que el incremento de la población residencial en los últimos cuatro años certifica. Entre el 1 de julio de 2020, apenas recién finalizada la primera ola de la pandemia, y la misma fecha de 2024, última revisión censal conocida, el volumen de vecinos de la provincia se ha incrementado en 37.104 personas, lo que supone más de 9.000 por año.
Las proyecciones demográficas apuntan a un crecimiento sostenido en el número de habitantes en los próximos años, al menos hasta el final de la próxima década. La migración, tanto la procedente de otras provincias españolas como la que tiene en terceros países su origen, explica el repunte sostenido en los padrones toledanos, el más reciente y el que se produjo decenios atrás. Desde principios de siglo, la provincia se ha convertido en un espacio emergente por su cercanía a Madrid y las buenas posibilidades laborales que se ofrecen a uno y otro lado de la linde autonómica. Esta circunstancia explica el bum que se ha vivido y ha transformado la franja septentrional del territorio toledano.
Las comarcas de la Sagra (2.551 viviendas disponibles) y Torrijos (1.725 hogares) concentran la mitad de la oferta relativa a la provincia (8.845 viviendas) que muestra el portal inmobiliario Idealista, una de las referencias del sector. La ciudad con mayor parque disponible es Talavera, con 603 unidades. La capital regional dispone de 497 hogares para su adquisición. En Illescas son 269 las casas cuyos dueños pretenden traspasar, mientras que en Seseña el número se sitúa en los 222 inmuebles.
Más allá de las cifras totales, cabe reseñar la diferencia de más de un centenar de pisos a la venta entre Talavera y Toledo, pese a tener ambas un tamaño de población muy similar (en torno a los 85.000 vecinos). La brecha parece apuntar al mayor interés que disfruta Toledo, una ciudad que ha ganado vecinos en los últimos años, frente a Talavera, una urbe que a duras penas mantiene el tamaño que llegó a disfrutar.
La pujanza económica se antoja como el factor decisivo para conocer dónde hay más disponibilidad y en qué lugares menos. En la Jara, por ejemplo, Idealista reúne 325 viviendas, aunque en la comarca viven menos de 16.000 personas. Más allá del potencial interés por motivos de ocio o para los retornados que marcharon y pudieran volver, la oferta no parece que pueda ser absorbida en el corto plazo. Una ratio completamente diferente se da en la Sagra, un espacio con más de 200.000 habitantes en el que hay apenas 2.551 viviendas disponibles. En este caso, las oportunidades son muy reducidas y empujan los precios al alza.
La escasez de obra nueva dificulta el acceso de las familias a la vivienda. Además, gran parte del excedente que provocó el estallido de la burbuja inmobiliaria ya fue digerido. En 2022, la provincia contaba con 441.864 viviendas construidas, de las que 136.978 unidades (el 31% del total) se habían construido desde 2001. Sin embargo, el sostenido crecimiento de la población y las nuevas formas familiares y de convivencia, menos extensas, revelan la necesidad de más promociones.
Según las estimación de Idealista, el precio del metro cuadrado se sitúa en los 1.799 euros en Toledo, un dato que mengua hasta los 1.032 euros. En Illescas, este indicador se sitúa en los 1.434 euros, mientras que en la vecina Seseña cae hasta los 1.357 euros. En el conjunto de la provincia, el precio que establece el portal inmobiliario se queda en los 900 euros por metro cuadrado.