La arqueología ante la hipótesis del teatro del Salón Rico

Á. de la Paz
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Los expertos Jesús Carrobles, Jorge Morín y Antonio Gómez Laguna abordan el supuesto planteado por Arturo Ruiz Taboada sobre el emplazamiento del teatro romano en el Corral de Don Diego

Espacio aproximado en el que se situaría, según la tesis de Ruiz Taboada, el teatro romano de Toledo. - Foto: Yolanda Lancha

El arqueólogo Arturo Ruiz Taboada explicará esta tarde en la Biblioteca de Castilla-La Mancha (18.30 horas) su hipótesis respecto a la ubicación del teatro romano de Toledo, un emplazamiento que el profesor de la Universidad Complutense establece en el entorno del Corral de Don Diego. La nueva aportación ha reabierto un debate que el consenso de los especialistas había tendido a situar junto al circo romano, más allá del contorno del Casco. Tres investigadores coinciden en la relevancia del nuevo estudio, aunque reclaman evidencias materiales.

Jesús Carrobles estima la «hipótesis de trabajo» que plantea Ruiz Taboada sobre la posible ubicación de un teatro romano en el entorno del Corral de Don Diego, aunque considera que «no tiene mucha entidad» por la falta de evidencias materiales observada en las excavaciones realizadas en la zona. El arqueólogo recuerda que en las diferentes exploraciones subterráneas, como la de los años ochenta del siglo pasado o la que el Consorcio ha acometido en fechas recientes, «nunca ha aparecido nada» que permita validar la teoría esgrimida. «Es muy difícil que se haya pasado un gran edificio de esas características sin dejar ningún tipo de huella más allá de lo que pueda plantearse a través de una fotografía aérea», detalla. «Cualquier edificio de época romana está perfectamente documentado por nuestros historiadores», insiste Carrobles, quien alude al trabajo de recuperación del pasado urbano de la ciudad que diferentes expertos realizan «desde el siglo XVI», sin hallazgos significativos respecto a la idea presentada por Ruiz Taboada.  El presidente de la Rabacht vincula la trama urbana del Toledo romano con la de la cercana Segóbriga. La desaparecida urbe, en el actual territorio de la provincia de Cuenca, «tiene un teatro fuera de la ciudad, al lado del circo». Carrobles defiende la existencia del teatro romano de Toledo junto al circo, en el entorno que hoy ocupa en el colegio Carmelitas. «Hay estructuras de la época conocidas por planos y fuentes historiográficas que coinciden plenamente con la planta de un teatro». 

Jorge Morín refiere la existencia de una «planimetría»sobre el teatro romano de Toledo que lo ubica junto al circo. El investigador, además, recuerda la descripción de la imagen de la ciudad que legó Tito Livio, una perspectiva que sitúa extramuros los grandes inmuebles ideados para los espectáculos públicos, como ocurre en Segóbriga. Para que la propuesta lanzada sea corroborada se deberá «sacar la huella material» del subsuelo, aunque «los niveles romanos están muy bajos y casi siempre nos quedamos por arriba». La posibilidad de que el teatro se emplace en el Casco Histórico convertiría a Toledo en una de las pocas ciudades peninsulares con tal edificio dentro de los límites de la ciudad, un caso similar al de Córdoba. Se trataría, de confirmarse la hipótesis, de un escenario «muy antiguo». Aunque, «en las cartografías antiguas esas formas no se ven», incide Morín, «las fotografías más antiguas que se conservan de Toledo, de principios de siglo, sí muestran el vuelo oblicuo que señala Ruiz Taboada». El arqueólogo confirma que se ve ese espacio «en todas las series fotográficas» que un grupo de especialistas -entre los que se encuentra- analiza para una próxima investigación sobre la forma urbis de Toledo. Cerca del lugar señalado se encuentran el foro o las termas. La posibilidad de que el supuesto planteado por Ruiz Taboada se materialice queda a expensas de la aparición de evidencias materiales.

Antonio Gómez Laguna califica la investigación de Ruiz Taboada como «una buena suposición» que la arqueología debe «contrastar» con «evidencias reales». La presencia de un muro de sillares «en posición real» y material «no removido»permitirían alumbrar «la solución» al enigma. La detección de «rellenos arqueológicos» relacionados con el contexto propio de un teatro romano se antoja clave. El director de Global Archeology señala otra circunstancia que podría convertir en verídico el supuesto. Los romanos tendieron a servirse de las elevaciones del terreno para estructurar sus teatros, un hecho que puede advertirse en el conjunto de Medellín, sito en la provincia de Badajoz. En el caso toledano, la ladera que se extiende desde el Alcázar hasta la calle Tornerías pudo haber «generado la cávea, el graderío, de forma natural». Tal posibilidad, además, resolvería la «dificultad» orográfica de la ciudad vieja. El experto califica el planteamiento de «muy inteligente», aunque recuerda la necesidad de comprobación con el hallazgo de restos materiales. Gómez Laguna apunta el potencial impedimento para el desarrollo de las pesquisas que supone «un Casco vivo» y unas obras que, pese a los indicios existentes, no siempre avanzan. El especialista recalca que durante las últimas excavaciones en la zona no pudieron encontrarse evidencias. «Hay tanta cantidad de escombro que, en una superficie amplia de terreno, no pudimos llegar al contexto romano, solo al contexto islámico; pero eso no quiere decir que no esté».