El Barça cayó (86-81) a domicilio ante la Virtus Bolonia este viernes en la jornada 17 de la Euroliga pese a una buena reacción en el segundo tiempo ante un colista resucitado con Dusko Ivanovic y un Isaia Cordinier decisivo con 24 puntos y 38 de valoración.
Los de Joan Peñarroya murieron en la orilla de su paso al frente después de 15 minutos primeros muy malos. El Virtus Segafredo Arena, donde solo habían ganado un partido de ocho los italianos, encontró sus opciones en Cordinier y en un final apretado donde el Barça demostró que no va sobrado de confianza en su camino irregular.
Después del subidón del 90-63 al Fenerbahçe, el equipo culé volvió a la acción muy lejos de esa versión, más bien de resaca en un primer cuarto inoperante en defensa y en ataque. Lo mejor para los de Peñarroya fue terminar esos 10 minutos con solo un 23-15 en contra, en gran parte por un 0 de 8 en triples de los italianos.
El técnico azulgrana rotó y rotó en busca de la solución, y la encontró ya cerca del descanso, con un Willy Hernangómez que paró el déficit por dentro. La Virtus ganó muchos rebotes en la canasta visitante y, aunque no entraron sus triples (1 de 15), tuvo mucha segunda oportunidad. Con todo, el pívot español acercó al Barça.
La dirección de Isaia Cordinier y el casi doble-doble de Ante Zizic bajo el aro perdió protagonismo y fueron entrando en acción tanto Kevin Punter, con siete puntos en el segundo cuarto, como Jabari Parker, que se fue al vestuario con 11, para un 35-34 con mucho margen de mejora en ambos equipos.
Así fue: 30-31 en el tercer cuarto. El acierto apareció de golpe y también más armas para competir. En el Barça, Darío Brizuela aportó a la dupla Punter-Parker, pero faltó una buena defensa para cortar el intercambio de golpes. Los de Dusko Ivanovic desde hace dos semanas anotaron cinco triples en el tercer cuarto y aseguraron su opción de victoria para el último parcial desde un 65-65.
Willy Hernangómez siguió con su dominio de la pintura, pero el español salió de la ecuación en el momento decisivo. La defensa de Tomas Satoransky y la pegada de Parker acercaron la victoria a los catalanes, pero no hubo sentencia en un atasco final. Cordinier dio la opción italiana y el Barça perdió sus últimos ataques, poco convencido tras un tiempo muerto de Peñarroya donde el técnico culé pensó que estaban empatados cuando iban por debajo.