Hoy es 8M, Día Internacional de la Mujer, y los actos de apoyo públicos e individuales se repiten a lo largo del planeta. En esta jornada, la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional en Toledo pide más implicación por parte de la sociedad. A veces es muy fácil poner un emoticono en redes sociales e identificarse contra la violencia de género, pero muchas personas tienen la oportunidad de denunciar unos hechos de los que han sido testigos y dejan sola a la víctima, «hay casos muy loables, pero en la mayoría, la gente no se suele implicar».
En la mayor parte de las ocasiones, los delitos contra la mujer se producen en la intimidad del hogar y los investigadores solo cuentan con la denuncia de la víctima para demostrarlos. Pero otras veces hay testigos de los hechos, y los policías se encuentran con que «no se quieren implicar». En ocasiones es complicado testificar contra un vecino, un amigo o incluso un familiar. Pero también se dan casos de una agresión en la calle, entre diez testigos, y ninguno quiere testificar y tener que ir a un juicio. A veces incluso la Policía tiene problemas hasta para encontrar ayuda para las rondas de identificación. Se necesita todavía educar más a la sociedad, «estamos a mitad de camino» y agentes de esta unidad toledana quieren más colaboración, «porque sin implicarnos, no vamos a ningún lado, si no se hace nada más, no se va a acabar con esta lacra».
La unidad en Toledo. Este tipo de unidades, que son las que protejen a la mujer están practicamente en todas las ciudades, incluso en jefaturas de barrios grandes. El grupo UFAM en la comisaría de Toledo tiene su ámbito de actuación en el término municipal, aunque a veces también colabora con la Guardia Civil en localidades adyacentes. Se encarga de la doble tarea de atención a la víctima y su denuncia y por otro lado, y de un seguimiento en el tiempo de la misma.
Por un lado, está UFAM Investigación, un grupo especializado, de cinco miembros, con una formación muy amplia, liderados por un jefe de grupo, que es un inspector. Siguiendo los protocolos establecidos, y tratando de tener siempre la suficiente sensibilidad, se encargan de la atención a las víctimas, la tramitación de denuncias y, cuando procede, la detención al presunto agresor. Cuando la mujer acude a comisaría, atienden a la víctima, hasta que pueda ser atendida por una abogada especialista en violencia de género, la tramitan la denuncia, detienen al autor y desarrollan los atestados. Si el incidente se denuncia in situ, son los compañeros que están en la calle quienes tratan de atender a la víctima y detener al agresor y al día siguiente la UFAM continúa con las diligencias policiales para que lo antes posible, lo normal es al día siguiente, haya un juicio rápido al detenido en el Juzgado Número 2 de Violencia sobre la Mujer en Toledo. Allí el juez puede determinar la vulnerabilidad de la víctima y poner una orden de alejamiento, a la espera del juicio definitivo. Este equipo se encarga también de los quebrantamientos de condena u ordene alejamiento. Aproximadamente un 70 por ciento de las víctimas vuelven con el agresor, pero quitar la orden de alejamiento no es tan fácil. A veces cuando se repiten los hechos, los policías tienen que proceder a la detención del hombre por un quebrantamiento de una orden de alejamiento. Es muy habitual.
Otros dos agentes, un subinspector una policía, componen UFAM Protección. Ellos hacen un seguimiento de las víctimas una vez acabada la investigación y existe un auto judicial. Cuentan con una herramienta llamada VioGén, que hace una evaluación de riesgo cada semana, dependiendo de las circunstancias en las que está la víctima.