No tiene mucho a lo que asirse el CD Toledo esta semana. Su remedio es ganar. Pero va a visitar un campo que en las últimas temporadas se le está atragantando demasiado: Las Pirámides Toribio Santos. Encima, el CD Villacañas trae un parcial de 10 puntos de 12 disputados en las últimas cuatro jornadas. Las miradas estarán puestas, por tanto, en un derbi provincial que puede tranquilizar las aguas del Tajo o levantar definitivamente otra tempestad cuando queda todavía casi media liga.
El cuadro verde ha echado el resto en fichajes, pero parece que el modelo de juego de su entrenador no termina de cristalizar en resultados. Lo del otro día contra el CD Cazalegas fue un poco grotesco, sobre todo por las justificaciones posteriores. No sirve de mucho anteponer el cómo al qué, así que algo habrá que cambiar para no tropezar en la misma piedra. O sí.
Rubén Gala tiene la mala noticia de que seguirá sin contar con Ramón una semana más. Además, Unax también está lesionado, así que tendrá que recomponer su once sí o sí. Por lo menos, vuelve Pepe Delgado, que ha sido uno más durante esta semana, aunque no parece que vaya a tener un sitio en la foto de familia.
Yelco Ramos será el guardameta, eso nadie lo duda. La defensa tampoco admite muchos cambios, con Peteiro y Luna en los costados e Iván González y Carlos Moreno como centrales. Por delante, arrancan ya las especulaciones. No poner a Rodri y Martín Pérez sería una sorpresa. Y no poner juntos a Manu Gavilán y Gabri, también. No parece una opción real a día de hoy. O sí.
El caso es que todo apunta a que Piochi será otra vez el media punta, con uno de los 'nueves' arriba, adivinen quién. Chupi y Angelito ocuparán las bandas. De todos modos, más allá de hombres, el éxito del CD Toledo parece que está en su capacidad de exprimir al máximo a sus futbolistas y al colectivo.
Enfrente, el CD Villacañas llega con prácticamente todo su ejército al encuentro. Mazzocchi es duda, aunque parece que Fernando Lominchar podría alinearlo sin problemas. O no. El técnico tiene mucho respeto a este Toledo, más allá de su último traspié. Prevé una bonita pelea por tomar el control, pero está convencido de que, al final, la pegada puede ser lo que determine el signo final.