El director general de Recursos Humanos del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam), Iñigo Córtazar, condenó ayer la «intolerable» agresión contra una médica embarazada en el centro de salud de Mora, aunque puntualizó, tras la denuncia del sindicato CSIF, que no hay una escalada de la violencia contra el personal sanitario.

A preguntas de los medios de comunicación, Cortázar aseguró que el servicio de salud regional sigue trabajando para cumplir el objetivo de «agresiones cero» y que valora la posibilidad de incrementar la seguridad en dispositivos o mejorar los sistemas para combatirlas.

Así, negó que haya un repunte de violencia contra los sanitarios en CLM, que en lo que va de año ha registrado dos agresiones. Las estadísticas apuntan que en 2022 fueron 16 los profesionales agredidos y trece, en 2021.

Asimismo, Cortázar afeó que la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) «culpó» de la agresión al Sescam y no al agresor: «Cada uno hace sindicalismo como puede», agregó y explicó que el Sescam actúa en la línea preventiva y la represiva (asesoramiento jurídico). CSIF, por su parte, reclama la contratación de vigilancia en los centros de salud.

Por su parte, el CSIF replicó: «Lo que tiene que hacer el Sescam es dotar de personal de vigilancia en todos los centros de salud, pero prefiere atacar al mensajero porque somos incómodos».

El padre de una paciente arrinconó y amenazó a la doctora embarazada e hizo ademán de cometer una agresión física.