El Soliss Águilas de Toledo cayó el pasado fin de semana en su partido de la novena jornada, la última de la primera vuelta, disputado en Madrid, frente al Olímpico de Pozuelo. Aunque las toledanas no realizaron parón en Navidad, y siguieron trabajando durante las vacaciones para preparar sus próximas citas, la realidad es que no consiguieron nada positivo, al caer por 34-17.
El partido arrancó, como ya es habitual, con mucha intensidad. Durante los primeros minutos, ambos equipos quisieron dominar el juego, con lo que la posesión estuvo bastante reñida. Algunas jugadoras de las Águilas se encontraron, además, jugando en posiciones nuevas para ellas, frente a un Olímpico con integrantes en sus filas de categorías superiores. Pese a todo, el equipo toledano dio buena cuenta de su versatilidad, por lo que no descolocaron y reclamaron su sitio en el campo.
Fue un encuentro, en términos generales, en el que les faltó algo de contundencia en los placajes. Por el contrario, supieron mantener a raya los golpes de castigo en su contra, mientras que los errores de pase fueron mínimos. Los ensayos, íntegramente de delantera, fueron consecuencia de muchas fases de juego seguidas, en los que las Águilas de Toledo no cejaron en su empeño de posar el balón en la línea rival.
En cuanto a la defensa, la velocidad de las madrileñas descolocó a las filas toledana, que no llegaron a cerrar filas, teniendo serias dificultades para proteger su línea de ensayo. Las Águilas no circularon con rapidez, por lo que las chicas del Olímpico se colaron por los extremos, sumando puntos a su favor. A pesar del resultado, al conjunto toledanoquedó la sensación de haber hecho un buen trabajo, con la consigna de mejorar de cara a las próximas jornadas.