El urbanismo en Toledo vuelve a ser un tema central con las modificaciones del actual Plan General de 1986 y el prometido avance del nuevo Plan de Ordenación. ¿Cuál está siendo y cuál va a ser el papel de la Real Fundación en este proceso?
Continuar cumpliendo los fines para los que la Real Fundación de Toledo fue creada, que son proteger y promover Toledo. Y hacerlo aportando recursos del sector privado al ámbito público. Esto se concreta en muy variadas acciones que buscan impulsar el patrimonio como valor cultural, social y económico y fomentar la sensibilización hacia esta riqueza patrimonial que convierte a Toledo en una ciudad única.
Con estas bases, nuestro trabajo actual se concentra efectivamente en los aspectos urbanísticos, que requieren la máxima dedicación por ser claves para el futuro de la ciudad. Las decisiones inmediatas que se van a tomar tendrán repercusiones a muy largo plazo, por lo que es obligación de todos los implicados garantizar que sean acertadas.
La Fundación no pretende inmovilizar la ciudad con un equivocado afán conservacionista que nunca estuvo en su manera de actuar. Está para contribuir a que Toledo conserve su riqueza patrimonial y la utilice como su mejor instrumento de progreso. Por eso no vamos a cejar en el intento de que no se dañen o traten equivocadamente valores sin los cuales Toledo perdería su identidad y, con ello, su poder de atracción.
¿Le preocupa que en la ficha urbanística de Vega Baja sigan apareciendo las 1.300 viviendas pese a que ustedes presentaron una alegación a la Modificación 28 para que se anularan definitivamente?
Me viene preocupando y mucho desde la paralización de 2006. Por eso hemos vuelto a solicitar por enésima vez que se eliminara en las alegaciones a la Modificación 28, una vez más sin conseguirlo.
¿Cree que el yacimiento arqueológico de Vega Baja, declarado BIC y el resto de bienes de interés cultural que le rodean -Cristo de la Vega o Circo romano- corren peligro por la presión urbanística?
Aun siendo su valor excepcional, el yacimiento arqueológico es el que menos peligro corre: se conoce y está bien protegido por la legislación. Me preocupa mucho más la falta de comprensión de la enorme oportunidad que ofrece Vega Baja en su conjunto y que se desaprovechen o arruinen, además de los arqueológicos, históricos y paisajísticos, los valores urbanos y funcionales que ofrece para hacer ciudad y mejorarla.
En una de las alegaciones que presentaron a la Modificación Puntual 28 proponían la construcción mínima de viviendas en el perímetro de Vega Baja para financiar con las plusvalías parte del coste de la operación cultural que supondría la puesta en valor de los restos ¿Cuál es el planteamiento concreto de la Real Fundación para Vega Baja?
Vega Baja no es un solar cualquiera en la periferia de cualquier ciudad, es un espacio cargado de historia y de valores patrimoniales, que forma parte indisoluble de la ciudad protegida legalmente desde 1940 y declarada Patrimonio de la Humanidad. La Fundación siempre ha defendido la necesidad de planificar la ordenación de Vega Baja priorizando la protección y la puesta en valor de sus bienes patrimoniales. En la práctica esto significa redactar un Plan Especial, que nos parece la herramienta más apropiada para aplicar en un territorio tan complejo. Es este Plan Especial el que debe decir si se puede o no construir y en tal caso dónde hacerlo sin afectar a nada que deba conservarse.
¿Tiene la sensación de que lo único que se va a hacer en la zona es una senda peatonal anunciada por el Ayuntamiento tras una reunión con ustedes en julio para poder atravesar Vega Baja? ¿Dónde está realmente el problema que ha abocado a la inacción?
Ya me gustaría que hasta que esté redactado el Plan Especial se hiciese solo la senda peatonal, proyecto que hemos realizado junto con la Escuela de Arquitectura con la mayor atención y cuidado, tratando de expresar cómo se debe plantear cualquier intervención en la zona por mínima que parezca. Hemos insistido hasta el agotamiento en que mientras no esté planificada no se haga nada en Vega Baja y si es indispensable hacerlo, que sea reversible para no hipotecar decisiones futuras. Sin embargo, y lamentablemente, ejemplos de lo contrario tenemos de sobra.
¿Por qué se retrasa legislatura tras legislatura el Plan Especial?
El Plan Especial me parece el instrumento más apropiado para la ordenación de una zona tan compleja y que ofrece una gestión más ágil y eficaz de las situaciones tan diversas que hay que resolver y ordenar. Lo que sigo sin entender es por qué en doce años no se ha hecho y tengamos que discutir cada vez que se hacen acciones concretas. Es indiscutible que el Plan Especial debe preceder a cualquier medida y que no se deben tomar decisiones cuando no existe un planteamiento integral. ¿Por qué no se ha querido hacer en todo este tiempo? No lo entiendo pero no quiero creer que haya sido para actuar con mayor libertad en el uso de esta zona. Es injustificable que en todo este tiempo no se haya realizado un procedimiento perfectamente conocido y experimentado y tan habitual en la práctica urbanística. Sigo sin tener la respuesta.
¿Qué le parece que el asfaltado de una franja de terreno junto a San Pedro el Verde para adecentar una zona utilizada como aparcamiento por vecinos y miembros de la comunidad universitaria?
Estaba claro que había que resolver un problema, pero debía hacerse teniendo en cuenta el entorno especialmente valioso. Y esto no suponía encarecer las obras. Cuesta lo mismo hacerlo mal que hacerlo bien, incluso en este caso, una intervención más tenue y con elementos más ligeros no solo sería más apropiada sino más barata.
¿Y el adecentamiento del aparcamiento disuasorio de Santa Teresa cumple con sus expectativas al abandonarse la idea de asfaltarlo?
El asfaltar o no el aparcamiento no era la decisión principal, antes debía considerarse el hecho de que el aparcamiento condiciona para siempre la Vega Baja al consolidar un uso surgido de forma incontrolada por el abandono de tantos años de la zona. El aparcamiento condiciona el futuro de la Vega Baja desde el punto de vista del uso, ocupación de espacio y movilidad. Considero además que es una actuación irreversible, o en todo caso costosamente reversible.
El no al asfalto tiene fundamentalmente dos motivos, que sella el suelo del yacimiento arqueológico y que tiene un gran impacto visual, sobre todo cuando el aparcamiento está vacío.
¿Qué le parece la autorización de la Dirección General de Patrimonio? ¿Entiende que el único condicionante que ponga es que no se planten árboles?
Antes de llegar a si arboles sí o no hay muchas consideraciones que hacer para autorizar un enorme aparcamiento en este lugar, que limita el futuro de las funciones de la zona, que todavía tiene que determinar el Plan Especial por realizar, que impone una movilidad propia y que produce un gran impacto visual.
Desde la Fundación se hicieron estas consideraciones y se ofrecieron alternativas diseñadas por expertos y paisajistas: fragmentarlo en aparcamientos más pequeños ubicados en los lugares más necesarios y menos sensibles, con tratamientos vegetales para mitigar el impacto, pero no fueron aceptadas. Y volviendo a los árboles, es lógico impedir posibles daños de las raíces en un yacimiento arqueológico, pero también hay otras maneras de incorporar vegetación, por ejemplo el proyecto que hemos realizado para la senda mostrará que es posible poner árboles en función del tratamiento que se haga de la zona, en este caso un pequeño talud de tierra que permite plantar determinadas especies sin riesgo para los restos arqueológicos del subsuelo.
¿Tienen la sensación de que se ataca a Vega Baja ‘pasito a pasito’ como dice la canción?
Sin duda, se viene haciendo desde que se paralizó la urbanización en 2006, aunque en el caso del macroaparcamiento y de los bloques de recientísima construcción es bastante más que ‘pasito a pasito’.
Hay un problema de indeterminación en la definición de Vega Baja y de cuáles son sus límites, una ambigüedad que provoca una ‘frontera’ móvil en la que siempre gana Santa Teresa… Por eso estamos haciendo un estudio interdisciplinar para definir Vega Baja en base a datos y características geomorfológicas, históricas, medioambientales y todo cuanto aporte información para aclarar esta cuestión tan trascendente.