La ciudad de Toledo recobra su pulso tras el paso de la DANA. Varias instalaciones deportivas operan con normalidad, todos los parques se encuentran abiertos y el trazado urbano de la capital regional permite el tráfico rodado. El transporte urbano por autobús aún sigue limitado al 50%, aunque no se han registrado incidencias reseñables en su funcionamiento más allá de las que impone el contar con la mitad de frecuencias.

El alcalde de Toledo, Carlos Velázquez, confirma la mejoría global de la situación operativa de las principales dotaciones e infraestructuras de titularidad municipal. El mayor escollo sigue encontrándose en los autobuses urbanos. La base de Unauto en el Polígono se convirtió en la «zona cero» de la riada que asoló la ciudad el domingo. La empresa concesionaria del servicio de transporte municipal tiene sus cocheras en el Polígono, en una zona próxima al arroyo Ramabujas. Un lodazal . Una veintena de autobuses prestados (quince de ellos facilitados por el Ayuntamiento de Madrid) refuerzan la flota toledana. «No se ha quedado ninguna persona en ninguna parada», asegura el primer edil. La única incidencia reseñable durante la mañana del martes se ha registrado en la línea 12, la que circula por la Cornisa, una dificultad que se esperaba resolver a lo largo de la tarde. Tanto la ORA como el autobús siguen siendo gratuitos.

La red de autobuses municipales opera a la mitad de su capacidad habitual, «las frecuencias de un día festivo», apunta Velázquez. «Es temprano para saber cuándo se podrá restablecer el 100% del servicio». Además, la estación de autobuses permanece cerrada. «Las empresas concesionarias están trabajando en su limpieza: esperamos tenerla abierta entre jueves y viernes», indica el alcalde.

El tráfico particular circula con la fluidez acostumbrada. «Todas las calles están abiertas», cuenta Velázquez, incluidas las del barrio de Azucaica. Más allá de las vías urbanas, se mantienen los cortes en la autopista AP-41, y en la carretera que comunica la capital regional con Cobisa. Además, el derrumbamiento que se produjo sobre el trazado de la N-400 requerirá de «una actuación con carácter de urgencia que dependerá del Ministerio [de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana]». Asimismo, persisten «afectaciones importantes en el entorno de Santa Bárbara» que impiden la conexión de alta velocidad ferroviaria con Madrid.

La piscina y el pabellón del complejo deportivo del Salto del Caballo están abiertos. También la Escuela Central de Educación Física, excepto el polideportivo cubierto. Asimismo, opera, sin vestuarios, el pabellón de Santa Bárbara.

Los cinco parques y jardines municipales, del Tránsito, Alcázar, Escolar, Tres Culturas y de la Vega, son visitables. Apenas un tramo de la Senda Ecológica que circunda el Tajo continúa cerrada, siendo transitable el resto del recorrido.

«Más allá de pequeñas incidencia o goteras», los centros educativos de la ciudad presentan un buen aspecto antes del inicio del curso, previsto para el próximo día 11. El Ayuntamiento ha registrado algunos desperfectos en los colegios Alberto Sánchez, Gómez Manrique y Gregorio Marañón y el instituto Alfonso X en el Polígono. En Azucaica hay daños en el colegio La Candelaria. El colegio concertado Santiago el Mayor y el privado San Patricio también han sufrido algún deterioro menor. Las escuelas de Santa Bárbara son las más dañadas, incluyendo la escuela infantil homónima, el colegio Ciudad de Aquisgrán y el instituto Princesa Galiana. «Vamos a comenzar el curso con normalidad: lo tenemos todo bajo control».

Del mismo modo, la ayuda social a domicilio y los campamentos de Corresponsables siguen funcionando sin problema.

DE HABITUAL A EXCEPCIONAL. El Polígono es una «zona muy afectada» por los efectos de la tormenta. Velázquez explica que las empresas perjudicadas han contactado con sus seguros, y las compañías aseguradoras con el Consorcio de Compensación. «Hay muchos daños en empresas; hay personas y familias que lo han perdido todo».

La «última parte del Polígono industrial» se ha rebautizado como la «zona cero» de la DANA. Es tiempo de elaborar «informes para valorar todos los daños», tanto los que recaerán sobre el Ayuntamiento como por los que habrán de responder otras administraciones. «La calle Río Jarama ha hecho honor a su nombre», narra Velázquez.

La ciudad plantea medidas para «evitar que esto vuelva a ocurrir». Más allá de mantener la tarea de  «limpiar los cauces», el Gobierno municipal se abre a una propuesta de mayor de calado. «El plan es hacer un plan que tenemos que elaborar». Velázquez refiere que «una circunstancia muy excepcional», como son las gotas frías, se puede «convertir en algo habitual». La receta que ofrece es la «ofrecer soluciones de carácter técnico, evaluando esas avenidas de los arroyos que vierten al Tajo en la ciudad pero que tienen su origen en otros lugares». Estos aportes, torrenciales en caso de grandes diluvios, originan «importantes afectaciones en nuestra ciudad». El Ayuntamiento abordará este problema con los ministerios correspondientes y la Confederación Hidrográfica del Tajo.