Toledo se sitúa como el la segunda provincia española con mayor producción en los cultivos tanto de vino y mosto como de huevos. En el caso de la bebida derivada de la uva, alcanza una producción equivalente al 11% nacional. En el sector ovícola, el peso provincial supone un 9,8% del acumulado nacional.
El informe El Sector Agrario y la Industria Alimentaria en España. Principales rasgos y análisis regional en 2023, publicado por Unicaja a partir de datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, confirma la importancia de Toledo en estos mercados y extiende al conjunto de la región la primacía en otras producciones. La comunidad autónoma lidera la obtención de cebolla, vino y mosto y huevos con cuotas del 51,8%, el 54,2% y el 22,9%, respectivamente; además, es la segunda en referencias como sandía, almendra, aceite de oliva, ganado ovino y ganado caprino, y la tercera del país en cebada, girasol, alfalfa y lechuga.
Los tres sectores agroalimentarios que aportan mayor volumen a la cifra total de negocios de la región son la industria cárnica (28,4%), los productos lácteos (17,1%) y los vinos (16,4%). En otras comunidades autónomas se observa otra correlación sectorial. Por ejemplo, los aceites y grasas suponen el principal aporte para Andalucía (38,7%), la industria del pescado para Galicia (37,7%), las bebidas no alcohólicas para País Vasco (23,1%), y el cacao, el chocolate y la confitería para Cantabria (35,9). De forma previsible, los productos lácteos despuntan en Asturias (55,8%) y el vino en La Rioja (38,3%).
La agricultura regional disfruta de «un valor añadido por ocupado en el sector agrario superior al promedio nacional», detalla el estudio elaborado por la entidad financiera. Algo más del 10% de toda la población rural española reside en Castilla-La Mancha.
Las cifras confirman la importancia de la actividad agroalimentaria en la región. Esta industria favorece el arraigo poblacional y genera beneficios directos en forma de puestos de trabajo estables y otros relacionados con la estacionalidad de la campaña. Centenares de empresas y cooperativas, una forma societaria tradicional muy presente en el territorio autonómico, consolidan un tejido que trata de mejorar el rendimiento, la productividad y la comercialización.
Más allá de la aportación positiva que genera, el sector agrario regional cuenta un grado bajo de ocupación femenina, apenas un 20% de todos los trabajadores . Se trata de uno de los porcentajes más bajos del conjunto de España. Además, en el sector preocupa la incorporación de las generaciones más jóvenes, un aspecto que dificulta el relevo generacional y sume en la incertidumbre el futuro de muchas pequeñas explotaciones distribuidas por el territorio regional.