La incógnita sobre la puesta en marcha del nuevo Juzgado de Violencia de Toledo parece despejarse a pesar de que aún no hay ninguna evidencia documental. Hace veinte días únicamente se conocía que el Ministerio de Justicia mantenía en pie su compromiso respecto a este nuevo órgano aunque no había explicaciones sobre su retraso y únicamente rumores de que finalmente podría estar operativo en el mes de marzo.
En estos momentos, en la administración ya se baraja una fecha fiable. Según fuentes consultadas por La Tribuna, el Juzgado de Violencia de carácter exclusivo, que aglutinará Toledo, Orgaz e Illescas, se estrenará el 31 de marzo. Si bien, la fecha no es inamovible y podría ser aproximada.
En este caso, se desconocen los motivos por los cuales el Ministerio de Justicia se ha saltado su programación y fecha prevista y anunciada con bastante antelación, el 1 de enero, como ha ocurrido también con el juzgado número 8 de Illescas, un órgano de nueva creación que tenía que estar operativo desde primeros de año.
En el Palacio de Justicia se espera la noticia con impaciencia y prudencia. El juez decano, José Ramón Bernácer, comentó hace veinte días que oficialmente no se conocía la fecha de entrada del nuevo juzgado ni los motivos del retraso, pero afirmó que los rumores apuntaban al mes de marzo.
La intervención. Las obras de adecuación de la bajocubierta del Palacio de Justicia también están dando demasiadas vueltas en el calendario. El proyecto aún no se ha ejecutado, a pesar de que la puesta en marcha del Juzgado de Violencia está vinculado a esta adecuación, pero el retraso en su ejecución no parece ser un problema. En vista de la demora, aún cuando se ha contado con todo 2023 para llevar las obras a cabo, en los juzgados se ha habilitado un espacio provisional hasta que la bajocubierta, actualmente usada como almacén, se haya adecuado para trasladar este juzgado.
Respecto a la intervención, en un primer momento se calculó que comenzaría en el primer trimestre del año pasado una vez que se comunicó que Toledo tendría un Juzgado de Violencia, pero la Gerencia Territorial de Justicia de Castilla-LaMancha tampoco comunicó el calendario de ejecución y el mes pasado la bajocubierta seguía en bruto y sin visos de intervención.
Las obras de adecuación de esta planta de 1.500 metros cuadrados no son complejas porque no es necesario tocar la estructura del edificio, con lo que se supone que el plazo de ejecución tampoco será largo. La intervención se adecuará a las necesidades y se rematará con unas ventanas enrasadas, como suele hacerse en los áticos de los edificios, y unos lucernarios en la cubierta plana para facilitar la iluminación natural.
En cualquier caso, la bajocubierta dispone de espacio suficiente para acoger el Juzgado de Violencia y otros órganos en función del espacio, puesto que el edificio se ha quedado pequeño y la puesta en marcha de nuevos juzgados exige nuevos espacios. Lo más complejo de este proyecto ha sido la tramitación de un Plan Especial de Reforma Interior (Perim), puesto que la edificabilidad del Palacio de Justicia estaba agotada y necesitaba este instrumento urbanístico que exigió su periodo de tramitación. Si bien, el Ayuntamiento lo aprobó sin problema en el Pleno extraordinario del 23 de diciembre de 2022.