¿Mejor que nunca?

Diego Izco (SPC)
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El mensaje optimista de Carlo Ancelotti encaja en el Real Madrid en el tramo decisivo del curso

El entrenador italiano aplaude satisfecho al final de un encuentro - Foto: Juan Medina (Reuters)

Uno de los puntos básicos en cualquier simposio sobre liderazgo de grupos está en la capacidad que el buen líder tiene para actuar en tiempos de crisis. Hay quienes asumen toda la culpa para liberar de presión a su equipo, quienes prefieren los diagnósticos directos y sinceros para espolearlo… o quienes tiran adelante con un discurso que suena ficticio o directamente falaz, pero funciona. 

El «estamos mejor que nunca» de Carlo Ancelotti, una frase que ha dicho en no pocas ocasiones este año, sonaba más a estrategia de comunicación que a realidad en un 2024 lleno de dudas y partidos con el agua al cuello: empates ante Rayo, Atlético, Valencia o Leipzig, victorias sin nada que presumir ante Sevilla, Getafe o Leipzig de nuevo, otras polémicas como el 3-2 sobre el Almería…

Pero, ¿cuánto hay de verdad y cuánto de propaganda en esas palabras? El bloque merengue planificó físicamente la temporada contando con unas semanas de 'valle' en las que el equipo podría resentirse… y ha salido con media Liga en el bolsillo, el Barça más eficaz del curso apenas le ha recortado dos puntos, es el bloque más goleador (ha marcado ocho tantos en sus dos últimos encuentros) y el que menos ha encajado del torneo, ha superado una 'eliminatoria-trampa' en octavos de la Champions, etcétera. Quizás ese «que nunca» es cuestionable, pero tal vez el Madrid «está mejor de lo que muchos piensan». 

Vinícius

El momento de forma del brasileño, «el mejor jugador del mundo» según Ancelotti, es espectacular. «Nos centramos en intentar pararle… y fue imposible», señaló Arrasate (Osasuna) tras el 2-4 de El Sadar, con el que el Real Madrid acercó un poco más LaLiga a sus vitrinas gracias a un doblete del extremo. 

Al margen de la constante polémica que rodea su imagen y del mediático derrumbe en la sala de prensa anterior al España-Brasil, Vinícius ha recuperado esa chispa que encontró hace tres temporadas y sigue perfeccionando su relación con el gol: este curso, con todo lo que aún queda, suma 18 tantos… a solo cinco de los 23 de la temporada pasada, su tope como profesional. 

La defensa

A comienzos de curso, las graves lesiones de Courtois y Militao (a la que le siguió la de David Alaba) hacían presagiar una enorme crisis defensiva en la 23/24… exactamente todo lo contrario de lo sucedido. La progresiva consolidación de mediocampistas como Tchouaméni, Camavinga y la presencia 'silenciosa' de Valverde han detenido una inmensa cantidad de peligro antes de que supusieran una amenaza. 

Y en última instancia, dos nombres propios han sorprendido al Santiago Bernabéu: Rüdiger y Lunin. El alemán era un estupendo 'segundo central' que necesitaba alguien que le guardase la espalda: su juego tiende a ser algo anárquico, con cierta incorrección táctica… algo que ha pulido  en el momento más necesario. Detrás, guardando las redes, el ucraniano ha sido la revelación de la temporada: el Madrid se apuró en fichar a Kepa… y Lunin se ha ganado la titularidad a golpe de paradas. 

Sin dependencia

El transcurso de la temporada ha convertido al cuadro de Chamartín en un equipo muy versátil, que ha pasado de la 'Bellingham-dependencia' (es el máximo goleador del bloque: 20) a desarrollar un fútbol igual de efectivo sin el concurso del inglés: 10 partidos sin él, nueve victorias y un solo empate. El '5' ya demostró que le aporta una variante táctica ganadora al equipo (un 4-4-2 con los dos atacantes brasileños más centrados), pero el 4-3-3 con el que Ancelotti ha trabajado siempre en el Real Madrid funciona perfectamente.