En los cumpleaños no falta la música. En las celebraciones por la Constitución que se han hecho en el día de hoy en las Cortes regionales una violinista tocó la 'Meditación de Thais' de Massenet. Y después de su interpretación subió el presidente de Castilla-La Mancha a la tribuna para ofrecer la 'meditación de Page' sobre la Carta Magna. Destacó que la Constitución proclamó a los presidentes autonómicos como representantes del Estado porque buscaba un «coro sinfónico». «Solistas no, coro», aclaró. Y añadió que en ese coro maravilloso «no sé con qué instrumento, pero no va a faltar el de Castilla-La Mancha».
Entre sus meditaciones sobre la Constitución, García-Page invitó a leer un artículo «que se menciona muy poco» y que es fundamental para garantizar la igualdad de los españoles. Se trata del 138.2, que reza lo siguiente: «Las diferencias entre los Estatutos de las distintas Comunidades Autónomas no podrán implicar, en ningún caso, privilegios económicos o sociales».
Page remarcó que la Constitución habla de esta «expresión concreta», en relación a los privilegios. Reivindicó que una de las asignaturas que más tienen que desarrollar es un «aspecto concreto de la igualdad, la igualdad de los españoles no solo en las leyes, sino vivan donde vivan». Aclara que se trata de garantizar fundamentalmente los grandes servicios públicos. Precisamente insistió en que en eso está trabajando Castilla-La Mancha, en dar mejor sanidad o mejor educación. «No se están utilizando nuestras normas, nuestra autonomía para tener privilegios», recalcó.
Page esgrime el 183.2 frente a regiones que buscan privilegios - Foto: Javier PozoOtra de las meditaciones, muy de calado jurídico, tiene que ver con la última modificación que se hizo de la Constitución, en la que se cambió el término de disminuidos por persona con discapacidad. «Todos, con una excepción lamentable e incompresible (Vox votó en contra), votaron esa modificación», expuso, «sabemos que votar una modificación constitucional de entrada significa reconocerla y validarla». Subrayó así que «incluso los independentistas votaron a favor de la modificación constitucional y eso es una forma más de, a lo mejor sin pensarlo, validarla».
Con 46 años ya a sus espaldas, Page cree que a la Constitución «quizá le pasa lo contrario que nos pasa a lo seres humanos, que va mejorando con la edad». Apunta que «cada año es un año de consistencia y de madurez».
Además destaca que la Constitución ha tenido que afrontar muchas situaciones de dificultad desde su aprobación en el 78. «Ha visto crisis económicas muy agudas, ha visto crisis sociales, ha visto cómo tenía que ampliarse el concepto de soberanía para ampliarla con la Unión Europea, situaciones inimaginables como una pandemia, incluso la aplicación de un artículo para mantener el propio orden constitucional», relató. Por eso Page concluye que la Carta Magna «tiene una prueba de resistencia, una prueba de estrés, realmente solvente».
Page esgrime el 183.2 frente a regiones que buscan privilegios - Foto: Javier PozoContra los populismos. Y en estos tiempos ¿a qué se enfrenta la Constitución? El presidente de Castilla-La Mancha trajo sus meditaciones al momento más actual y aseveró que la Carta Magna va a «seguir siendo útil para combatir este mal de la radicalidad, del nivel del frentismo, del populismo, incluso a veces oficializado». El presidente castellanomanchego apunta que, «precisamente por el contexto en que se fraguó, está vacunada contra populismos, incluso contra extremismos».
Haciendo un poco de historia, que siempre viene bien cuando se trata de hacer meditaciones profundas, Page subrayó que la del 78 es «probablemente la única Constitución que se hizo por las dos Españas tan de leyenda mencionadas y que tiene como mandato supremo evitar esas dos Españas». Aclara que no podía ser de otro modo teniendo en cuenta en el contexto en el que se elaboró, en la Transición del franquismo a la democracia.
Romper el maleficio de las 'dos Españas'. «Lo que quería conseguir era paz, convivencia y romper el maleficio de las dos Españas irreconciliables, que además entre nosotros, no se compadece con la realidad social de España», arguyó. Y es que, según destaca García-Page este país puede presumir de tener «una sociedad infinitamente más mezclada, más solidaria, de muchísimo mayor sentido común de la que demostramos la clase política». Aunque ahí hizo hincapié en que el mayor grado de confrontación se vive en la política nacional, la de la M-30 para dentro.
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«La sociedad española se entiende mejor en la calle de lo que se entiende hoy la clase política», dejó caer. Desde luego que es para meditar.