Es, en palabras de la estudiosa Carmen Vaquero, una comedia del Siglo de Oro muy valiosa, del estilo de Lope de Vega, pero con Toledo y los toledanos como protagonistas, y escrita por un toledano casi desconocidos. El Ayuntamiento de Toledo y la editorial Ledoria han otorgado este año a Carmen Vaquero Serrano y Fernando Garrido Raposo el premio María Pacheco de investigación filológica sobre el patrimonio literario de la ciudad, por su investigación sobre la obra de Juan Hidalgo 'Los Mozárabes de Toledo'. Esto permitirá la reedición de la obra y el mencionado estudio.
«Es una obra de teatro de un toledano muy desconocido que se llamaba Juan Hidalgo, del que no se sabe apenas nada», comienza a explicar Vaquero en su trabajo. De todas sus obras, solo se ha conservado un poema a Santa Leocadia, «pero él es más toledano que el mazapán».
Pasando del autor a la obra, «es del estilo de Lope, totalmente lopesca y muestra la afición que había en Toledo en tiempo de Lope de Vega y de Calderón a hacer este tipo de comedia». Es, por lo tanto, una comedia con malos y buenos, que en este último caso son los mozárabes toledanos, que nunca cejan a pesar de los tormentos a los que les someten los árabes. La trama transcurre durante la conquista de la ciudad por Alfonso VI en 1085. Tiene su historia de amor y sus graciosos. Adaquín, apunta Vaquero, «es tronchante, un gracioso moro». También hay un gracioso cristiano, Chinela, «que tiene un monólogo hablando a favor del vino y del tabaco, lo cual es un anacronismo claro está». Todo acaba bien para los mozárabes y para Toledo, como no podía ser de otra manera, con Alfonso VI.
La obra. 'Los Mozárabes' solo habían tenido hasta ahora una edición, en un conjunto de comedias publicado en 1672. Los estudiosos consiguieron una copia fotocopiada del original, que está en la Biblioteca Nacional, pero su trabajo ha coincidido con una digitalización que la ha puesto al alcance de todos.
Vaquero y Garrido han hecho un estudio de la obra y su autor, de la obra y su significado en el siglo XVIIpara los mozárabes. Después, han tratado de identificar los personajes reales y desarrollado una edición entera anotada. Entre otras cuestiones, Vaquero destaca la versificación de este toledano desconocido, que mezcla romances, con sonetos y ovillejos, «no llega a la categoría de Lope, pero indica cómo estaba el nivel en el pueblo en Toledo».