Durante la construcción del Quixote CREA aparecieron cientos de tumbas musulmanas, con sus característicos cadáveres en lateral. Lamentablemente, muchos restos se perdieron porque la empresa de arqueología dejó la obra y siguió la constructora, «de forma que parte del cementerio desapareció sin contexto». No son los únicos restos de personas que murieron en Toledo antes del final de la Edad Media que se están perdiendo. Por ejemplo, los lucillos o tumbas del siglo XIV se están degradando a pasos agigantados en el Circo Romano. Para evitar esto, los arqueólogos Sergio Isabel y Aicha Fernández han puesto en marcha un proyecto de investigación y divulgación con visitas culturales a los cementerios antiguos y medievales en Toledo.
Más allá de la divulgación de esta parte de la historia, estos dos arqueólogos apuestan por salvaguardar este tipo de restos. Su propuesta es replicar en Toledo ejemplos que se están haciendo en otras zonas de España de musealización de cementerios, como ocurre en Lucena o Barcelona. Isabel pide que, por ejemplo, se haga una musealización en las tumbas que hay todavía al lado del Quixote CREA, donde las tumbas son visibles, «en Lucena se ha aprovechado para hacer una valla alrededor de los enterramientos, tener en suelo limpio y explicar con vallas cómo era el campo funerario». De paso se podría explicar lo que se perdió al lado.
Más investigación. Cierto es que sobre la muere en el Toledo medieval hay un libro y bastantes investigaciones de Arturo Ruiz Taboada, que es el arqueólogo que excavó el campo judío de Azarquiel y otros cementerios del entorno. Sin embargo, encontrar la información de otros trabajos donde se han encontrado tumbas es complicado. Para empezar muchas veces no hay apenas información de los restos que destruyeron las ampliaciones de la ciudad antes de la Ley de Patrimonio, como ocurrió con 'Los Bloques' o Santa Teresa. También hay información perdida en cuanto al mundo funerario de las excavaciones de los años 20 en el Circo Romano. Además, muchas otras intervenciones no acaban con una publicación. Puede haber un control de obra del que no quedan más que referencias administrativas de lo que se encontró, pero sin datos del estudio. A veces de pronto ha aparecido un cementerio de forma inesperada y lo que se desarrolla es 'arqueología de urgencia', que no está planificada desde el punto de vista investigador, sino que busca solventar problemas puntuales de las obras de edificación.
Los informes arqueológicos se depositan en la viceconsejería de Cultura, área de Patrimonio, material técnico al que podría acceder cualquier investigador. Y en el museo de Santa Cruz están depositados restos humanos y ajuares.
En definitiva, apunta Isabel, hay información muy dispersa y faltaría hacer un compendio de todas las obras desarrolladas y unificar la información de distintas empresas de arqueología o arqueólogos, e incluso terminar de estudiar las piezas depositadas en el Santa Cruz que carecen de estudio completo. Sería una labor de investigación amplia que duraría bastante tiempo, que además tendría que extenderse a los cementerios intramuros y contar con la colaboración de la Iglesia.