En un nuevo ejercicio de equilibrismo político por imposición, el Gobierno garantizó ayer que cumplirá «al cien por cien» el acuerdo para la financiación singular de Cataluña después de que Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) amenazara con retirar su apoyo parlamentario si incumple el pacto de investidura de Salvador Illa, sustentado en ese pacto fiscal que entrega la llave de la caja a la Generalitat.
De esta forma, el Ejecutivo intentó contener el enfado y las dudas que generaron el pasado miércoles en Esquerra las declaraciones de la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, negando un cupo fiscal y un concierto económico para Cataluña.
Un día después del aviso de los republicanos de dejar caer a Pedro Sánchez, el Gobierno movilizó a su aparato para dejar claro que se cumplirá al pie de la letra el acuerdo al ser bueno para todos y, según su relato, normalizar una situación anómala en Cataluña, una cuestión reafirmada desde las filas socialistas, que matizaron que «no debe haber ninguna razón de amenaza» por parte de ERC en la medida en que el Ejecutivo «cumpla con la literalidad del pacto» sellado con los republicanos.
Tras remarcar que el Ejecutivo «lo cumplirá» y «honrará», el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, pidió «serenidad» para avanzar en su implementación y defendió que el acuerdo «habla de financiación singular, de bilateralidad y de multilateralidad», lo que ve «compatible con la solidaridad interterritorial» y con «la igualdad» de todos los ciudadanos.
No fue el único en intentar calmar las aguas revueltas que dejó la confusa comparecencia de María Jesús Montero. La ministra de Igualdad, Ana Redondo, también se apresuró a lanzar un mensaje de tranquilidad a Esquerra, asegurando que el PSOE y el Gobierno cumplen los acuerdos. «Somos un Gobierno y un partido que cumple con lo que pacta, lo que firma y lo que es bueno para la ciudadanía», recalcó para incidir en el argumento ideado por Ferraz.
«Estoy convencida de que se va a respetar este acuerdo y de que Salvador Illa va a poder ofrecer a los ciudadanos de Cataluña mejores servicios, mejor financiación y que eso no va a desmerecer en ningún momento la solidaridad constitucional que también está en el acuerdo», añadió en su empeño de sacar lustre a las supuestas bondades del acuerdo.
Redondo no quiso entrar en valoraciones terminológicas sobre la diferencia entre el concepto de concierto o singularidad en la financiación autonómica, pero sí subrayó que el pacto ha reconducido las tensiones en Cataluña.
«Hemos pasado del término independencia al término autogobierno en el entorno y en el seno de la Constitución. Creo que eso es positivo para los ciudadanos de Cataluña y de toda España», insistió la ministra.
La presidenta del PSOE, Cristina Narbona, también profundizó en esta línea al asegurar que «no debe haber ninguna razón de amenaza» por parte de los republicanos en la medida en que el Gobierno «cumpla con la literalidad del pacto».
«El Gobierno va a plantear un proceso de negociación para que la financiación autonómica sea revisada y permita algo que está en el pacto con ERC, la garantía de que los ciudadanos españoles, vivan donde vivan, puedan tener acceso homologable a los principales servicios públicos», explicó.