Toledo encara las horas previas a Semana Santa mirando al cielo, pero más allá de una tregua de la lluvia, ¿qué espera de la Semana Santa de Toledo?
Pues que luzca con todo su esplendor, es decir, que toda la preparación de las cofradías se pueda aprovechar y se pueda celebrar como se merece.
¿Traen muchas novedades este año?
Novedades sí hay. Hay cambios de recorrido, hay una cofradía que va a usar el costal para salir, hay otra que va a intentar algo novedoso con el paso porque no puede sacar los dos y va a intentar sacarlos en un solo paso, seguimos trabajando con la ONCE para que puedan dar un paso más y llegar a comprender lo que es la Semana Santa, ciclo de bandas, de conferencias… Vamos avanzando para que la Semana Santa cada vez esté mejor.
Has mencionado el caso de la ONCE, es necesario que desde la Semana Santa se dé ejemplo con la inclusión, ¿no?
Por supuesto, es muy importante. Los chicos con discapacidad visual, al hablar con ellos, te trasladan que nunca se podían imaginar cómo podía ser lo que se estaba celebrando, más allá del ruido de los tambores. Ahora han tenido la ocasión de estar bajo el paso, este año han podido tocar la imagen del Cristo del Amor… entonces ellos lo viven de otra manera y se emocionan un montón. Para nosotros es fundamental que lo vivan, que estén contentos y que se sientan partícipes.
Esta iniciativa nace a raíz de la parroquia de Santas Justa y Rufina y de la Caridad para un primer encuentro en el que estas personas pudieran, entre otras cosas, oler el incienso o meterse dentro de una carroza, como fue el caso de La Borriquita. Luego se fue dando pasos para que pudieran salir en la procesión y ellos eligieron la del Amor porque dijeron que es muy fácil portar el paso por las características de sus andas. Este año van a repetir. La iniciativa se traslada a la Junta de Cofradías y nosotros ya lo abordamos con la ONCE.
En el estado actual de la Semana Santa se pueden plasmar dos vertientes actuales, la de las cofradías que cada año crecen como pueden ser el caso del Cautivo o la Humildad y la de aquellas que les cuesta más encontrar gente, como la Misericordia por ejemplo. ¿Cómo se compagina eso?
Cada cofradía tiene su idiosincrasia. Hay algunas muy antiguas y otras más modernas, con pasos que les ocurre exactamente lo mismo, entonces todo influye. Yo como presidente de la Junta de Cofradías voy viendo que al visitante hay cosas que le gustan y otras que las disfrutan pero no participarían en ellas. Yo creo que en la Semana Santa de Toledo todo suma, todo enriquece. Yo estoy contento con lo que hay.
Es cierto que hay cofradías que les cuesta más hacer hermanos, pero lo hacen, aunque sean 2, 3 o 5. Hay otras que hacen 60 nuevos en un año, bueno pues hay que felicitarles. Puede ser que unas cofradías tengan más atractivos que otras.
¿Alguna hermandad ha llegado al punto de pediros ayuda?
Todas las hermandades en algún momento te piden ayuda. Es normal. Ninguna hermandad puede decir que funcione al margen de la Junta de Cofradías, porque precisamente nosotros existimos para que haya una unidad dentro de la Semana Santa de Toledo. Hacer la guerra por separado significaría que la fiesta no funcionaría como evento cultural. Lo bonito de todo es que haya variedad dentro de la oferta.
¿Comparte la sensación de que las cofradías que están creciendo más ahora son las que van hacia un modelo más sevillano que castellano?
Sí. Pero son rachas. Cuando yo era joven en Toledo se bailaban sevillanas y ahora no las baila nadie. Hay que mantener la tradición de la Semana Santa como es, porque precisamente lo que ponemos en valor son nuestras tradiciones, pero si hay aportes nuevos y son bonitos de ver pues eso es bueno y hará que la Semana Santa crezca. Pero sí, vamos a decir que la gente se está decantando por cofradías más sevillanas. Eso no quita que haya que seguir dando oportunidades a las personas que les guste más la austeridad o el recogimiento.
No podríamos decantar la balanza hacia las sevillanas porque sea la moda, porque estaríamos cerrando el paso al que tenga otros gustos. Igual que tampoco podemos decir que no queremos las sevillanas porque estemos en Toledo y aquí debemos ir todos serios y sin música. Lo bonito es que haya variedad y que cada uno se manifieste con el estilo que le guste.
Pese a esa variedad, ¿entendería que se generen 'piques' entre estilos?
No, el pique no lo entiendo. Es más, si hubiera pique empezaríamos a no respetar. La base tiene que ser entender que haya gente que no le guste lo que tú haces y que entiendan la Semana Santa diferente a ti. Si nos respetamos todos la Semana Santa crece exponencialmente, cada uno aportando lo suyo. El pique es algo ridículo porque todos estamos montados en el mismo carro.
El mayor ejemplo de esa convivencia se da el Miércoles Santo, cuando procesionan la Humildad y el Redentor.
Hay que valorar a esas cofradías que cada vez que salen llenan las calles. Hace poco me preguntaban desde Valladolid que como se veía desde fuera su Semana Santa y les dije que austera, seria, recogida… todos aunados en un mismo estilo. Sin embargo, ahí está la ventaja que tiene Toledo, que tiene la posibilidad de ofrecer al cofrade escoger una Semana Santa más andaluza o más castellana. Dependiendo de mi sentimiento puedo disfrutarla de una manera u otra. Eso es lo bonito y que no todas las ciudades tienen. Lo bonito es mantener la Semana Santa a los niveles que lo estamos haciendo, no el picarse porque lo mío sea mejor que lo tuyo. Los piques llevan al fracaso.
El día de la presentación de la Semana Santa dijiste que este año habría cambios en la procesión del Viernes Santo, ¿puedes explicarlos?
Quiero aclararlo porque creo que no se ha entendido bien. La Junta de Cofradías coordina, pero no decide. Las cofradías son soberanas a la hora de gestionar sus cultos, sus procesiones, su recorrido y sus salidas. La Junta no va a meterse en si tiene que salir media hora más tarde o más temprano y no puede decidir si la procesión del Viernes Santo se hace unida o separada. Lo que la Junta de Cofradías puede hacer es aconsejar.
Yo siempre he manifestado que soy partidario de una procesión unida, pero eso lo dice Juan Carlos Sánchez como opinión personal. Otra cosa es lo que hayan decidido las cofradías. Desde haces unos años se apostó porque las diversas cofradías del Viernes Santo y que comparten un recorrido común se esperen unas a otras y eso a mi me gusta. Si en poblaciones como Úbeda son capaces de hacer una procesión con 30 pasos o en Valladolid con 40 o 50 pasos a la vez aquí no somos más torpes.
Lo que sí es cierto es que en los últimos años ha habido una serie de manifestaciones de gente que lo ve desde fuera que decían que la procesión no estaba funcionando bien. Sobre todo la parte de atrás, porque hay muchas esperas. Y ojo que no es fácil, porque no es montar una procesión desde cero, es que se va montando desde la calle. La gente que está dentro de la procesión se cansa con esperas de 20 minutos y la gente que la está viendo en la calle cuando ve que lo que queda es la banda de música y las autoridades se marcha. Queda una sensación fea. Por ello, esto se trasladó a la Asamblea de Cofradías, se trataron propuestas ajenas, del Ayuntamiento, del Arzobispado… y las cofradías deciden que van a salir por separado, seguirán con el recorrido común, pero no se van a esperar hasta que se una toda la procesión como se hacía antes. Lo que se ha hecho es marcar tiempos para que cada cofradía esté a una hora en tal punto concreto. En una horquilla de media hora deben estar las tres en la calle, pero no tienen que buscarse unas a otras.
¿No cree que estos cambios quizás no sean perceptibles por el espectador?
Lo que se busca con esas horas fijadas es que aunque sean independientes no haya una espera mayúscula entre cofradías, entonces si no van unidas les va a faltar muy poquito. Como mucho de 5 a 10 minutos entre una y otra. Parto de la base de que a mi me gusta unida, pero creo que esta opción puede ser mucho más fluida. La última vez hubo esperas de más de 20 minutos.
Esto trata de dar soluciones y si sale mal se buscarán otras. Intención de arreglarlo hay. A mi me da mucha rabia esto porque es el día que mayor afluencia de visitantes tenemos, entonces lo que no quiero es que el visitante se vaya con mal sabor de boca. Prefiero que le guste, porque eso es publicidad de boca a boca.
El día de la presentación el padre 'Quillo' también habló de buscar 150.000 euros para una talla de 'La Última Cena'. ¿Cómo está esa opción?
Ahora mismo parada. La Iglesia de San Julián es la que está promoviendo la idea y está empezando a crear una cofradía, pero aún está la cosa parada. Se habló de esta cifra porque efectivamente se ha pedido presupuesto. Es un paso que ya existió en Toledo, salía el Jueves Santo de la Magdalena, pero se perdió. Sería bonito volver a contar con él, pero estamos hablando de que una Última Cena tiene 12 figuras, es un paso grande, es caro.
Cuando Juan Carlos como viajero ve otras Semanas Santas, ¿qué ideas coge que le gustaría implantar en Toledo?
Muchísimas. Hay tanta variedad… De Sevilla traería ese fervor que tienen de salir a la calle. Es día de procesión y sale toda Sevilla, es impresionante. Me da envidia sana. Del norte, quizás el saber estar y la seriedad. Se puede tener una procesión andaluza con buen comportamiento y saber estar. También me gusta de Andalucía lo que se hace con los pequeños, son cofrades desde el bautizo.
Y, ¿al contrario? ¿Qué te dicen amigos tuyos de fuera que les gusta de Toledo?
La variedad y cómo se maneja la Semana Santa de Toledo. Me hablan del silencio del público incluso en procesiones al estilo andaluz como hemos hablado. El visitante más hablador cuando ve a su alrededor que impera el silencio también se calla.
Mirando al futuro, ¿a qué dirección le gustaría que fuera la Semana Santa de Toledo?
A mi me gustaría que fuera una fecha en la que la ciudad estuviera totalmente implicada. Tiene que estar a la altura del Corpus, generar esa complicidad entre la fiesta y la gente. También, que sea una Semana Santa cohesionada, unida y que funcione como un reloj. En definitiva, ir consolidando cosas que ya están e ir mejorando cosas que podamos aportar y que podamos traer.