La asociación de vecinos El Tajo insiste, por segundo año consecutivo, en la necesidad de reforestar su barrio, uno de los más extensos y poblados de la capital regional. Los residentes de Santa María de Benquerencia elevan su petición de más árboles y fuentes útiles en el conjunto de Toledo al nuevo equipo de Gobierno municipal y remarcan «la importancia de tener una ciudad verde», asegura Gemma Ruiz, coordinadora de la entidad.
«Hicimos esta concentración simbólica el año pasado por primera vez», subrayan desde la asociación. Su intención es extenderla en el tiempo ante la «repercusión» que han tenido.
Las altas temperaturas que se registran durante varios de los meses del año hacen de los exteriores poco sombreados lugares inhóspitos para los vecinos. El paisaje urbano de la ciudad, especialmente en las zonas que no tienen el carácter histórico del Casco, tiende a organizarse a partir de avenidas amplias, con edificios de pocas alturas y una escasa presencia de masa forestal. Esta distribución favorece la sensación de calor. La asociación demanda un «plan de arbolado» municipal que incluya especies autóctonas como los almeces u otras especies propias, árboles que requieran de «poca poda» y que se instalen sobre alcorques en los que no haya otros elementos próximos que dificulten el crecimiento de los ejemplares.
El Tajo exige una reforestación para una «ciudad más verde»Ruiz cree que el Plan de Ordenación Municipal que debe remplazar la vetusta normativa que rige en el urbanismo de Toledo y data de 1986 representa «una oportunidad de oro» para cambiar el rostro de la urbe, haciéndolo «más verde» y fresco en verano. En la asociación apuestan por «una ciudad sin tanto asfalto».
El Tajo vincula la apuesta con el arbolado en Toledo con la lucha contra los efectos del cambio climático. «Tenemos que tomarnos en serio todos los problemas que acarrea». La perspectiva de un mayor impacto del calor en años venideros preocupa.
El objetivo de disfrutar de «una ciudad saludable para sus vecinos» emerge como reto de futuro inmediato. «No llegamos ni a un tercio de los árboles que nos corresponderían por habitantes y son el aire acondicionado de nuestras ciudades», apuntan. La capacidad que la vegetación tiene para absorber el contaminante dióxido de carbono, además del refresco que proporciona, mejoran la calidad de vida de los toledanos. «Si no cuidamos nuestro medio ambiente, no nos cuidamos a nosotros mismos».
Además, la existencia de fuentes «abandonadas y estropeadas» en algunos de los parques de la ciudad es otro factor que no ayuda a combatir los estragos del estío. «Se necesita un mantenimiento: lo importante no es hacer muchos parques sino cuidar los que tenemos», remarcan en El Tajo.
ARBOLAR EL POLÍGONO. En clave de barrio, Ruiz critica la falta de perspectiva verde en la proyectada reforma de la parte industrial de Santa María de Benquerencia. «No se puede hacer una remodelación de un Polígono industrial con dinero europeo sin contemplar la plantación de un solo árbol», asegura Ruiz. El Tajo ha contactado con los equipos de Gobierno saliente y entrante sin que, de momento, hayan incluido la modificación sugerida. «El anterior Ejecutivo nos dijo que los técnicos no habían contemplado esa posibilidad; el actual, que acaban de llegar». El Tajo confirma su voluntad insistente sobre tal cuestión, un esfuerzo que se materializa a través de «todos los Consejos de Participación donde lo recordamos».
Además, Ruiz define al parque de la Fuente del Moro como «el pulmón verde» del Polígono, aunque lamenta su estado de «abandono» y exige un cuidado continuado para la vegetación allí plantada. «Se han hecho plantaciones, pero se abandonan», añade.