En el marco de la fantástica obra de arte en piedra que es la Catedral de Santiago, la joya más preciada es el Pórtico de la Gloria que, reconocido como el más notable monumento del arte cristiano del siglo XII, representa la cumbre de la escultura románica. Esculpido en la dura piedra de granito y mármol, nos muestra un compendio teológico, donde las figuras hablan en latín, cantan en gallego y envuelven al observador en una auténtica atmósfera de placenteras sensaciones, muy similares a las que provocan los efluvios del ribeiro de la zona. El autor de esta obra fue el escultor y arquitecto Mateo, que supo plasmar en piedra un denso mensaje teológico, místico y religioso.
En el Pórtico de la Gloria, en la cara interna del parteluz, hay una figura de un hombre arrodillado mirando hacia el Altar Mayor. Es el 'Santo dos Croques', a quien la tradición lo identifica con el Maestro Mateo. Al 'Santo dos Croques' se le atribuye el poder de traspasar sabiduría, inteligencia y talento a aquel que le propine tres coscorrones con la cabeza. Se desconoce el origen de esta tradición, aunque se especula que pudiera estar en los universitarios santiagueses que buscaban una ruta fácil, cómoda y tangencial, de inspiración divina, para superar los exámenes. 
El sistema no es malo. Tres coscorrones y se adquiere al momento la sabiduría necesaria para afrontar cualquier carrera universitaria. Es, sin duda, lo más parecido al sistema educativo español de las últimas décadas, con esa amalgama de reformas educativas ajenas al consenso y la estabilidad, a caballo entre la LOECE, la LODE, la LOGSE, la LOPEG, la LOCE, la LOE, la LOMCE, o la LOMLOE, que siempre nos llevan a ocupar puestos de farolillo rojo en los índices europeos, según el Informe PISA que cada tres años elabora la OCDE, con el fin de determinar la valoración internacional de los alumnos. 
Además de la técnica del coscorrón, el cabezazo, el testarazo y el mamporro por la que simplemente se requiere tener una buena almendra sobre los hombros, en España está vigente también la técnica de la cátedra por nepotismo exprés ilustrado, que viene a ser algo así como el sistema de coscorrón del 'Santo dos Croques', pero con casco protector. Mal ejemplo, si el objetivo de un sistema educativo es la formación de individuos responsables, con espíritu crítico, que no se dejen llevar de forma irreflexiva por el borreguismo imperante, que sean capaces de exigir información precisa en aras a la libertad de pensamiento. 
Tanto la uniformidad del talento de la LOMLOE, como la merced adquisitiva y espontánea de titulaciones universitarias, están reñidas con el reconocimiento de la diversidad de habilidades, las expectativas individuales de las personas y los fundamentos más elementales de la ética, más allá de la dureza craneal de cada uno o de los vínculos sentimentales con el poder.