Para algunos historiadores el templo más antiguo de la ciudad. Mezquita aljama tras la consagración como iglesia de la mezquita mayor -actual Catedral Primada- en 1085. Vestigios romanos que remontan al visitante al siglo II, y una pilastra visigótica con representaciones de algunos de los milagros de Jesús. La Iglesia del Salvador cumple cinco años desde la reapertura del templo al culto y al turismo, así como de la celebración de la eucaristía conforma al misal de San Pío V, es decir, de manera extraordinaria.
Ahora, los hermanos de la Fraternidad de Cristo Sacerdote y Santa María Reina, encargados del culto en la Iglesia del Salvador, han editado para conmemorar este aniversario un cuadernillo con información sobre la manera extraordinaria, la historia del templo y las actividades realizadas en este lustro. La publicación, además de la versión impresa, se puede encontrar en el espacio web misagregorianatoledo.blogspot.com.
«Todavía son muchos los que desconocen esta realidad o nos miran con cierta sospecha, ¿quiénes son esos? ¿qué hacen ahí?», comentaban los hermanos de la fraternidad que en 2009 recibieron el beneplácito del cardenal Antonio Cañizares para celebrar en latín y de cara al altar. «La peculiaridad de la forma extraordinaria del rito romano ha hecho que durante este tiempo se haya formado una pequeña comunidad cristiana sensible a esta realidad litúrgica», explican desde la comunidad que celebra la liturgia conforme al misal de San Pío V de lunes a sábado a las 08,15 horas y los domingos a las diez de la mañana.
«Conocedores de esta realidad cultual característica de la ciudad de Toledo -explican- hemos apostado desde el comienzo por presentar esta dimensión litúrgica favoreciendo la participación de otras realidades eclesiales». Y es que los hermanos de la fraternidad cuentan con un amplio programa de actividades y la cercanía del arzobispo, Braulio Rodríguez Plaza, que en alguna ocasión ha celebrado en la Iglesia del Salvador en rito extraordinario.
Esta forma de celebrar la liturgia ha suscitado en las últimas décadas un intenso debate sobre la ruptura, para algunos, del rito romano. Debido a estas suspicacias, en 1984 el Papa Juan Pablo II concedió la facultad de usar el misal que en 1963 editó el beato Juan XXIII -rito extraordinario- incluso, cuatro años más tarde, exhortó a los obispos a utilizar esta facultad siempre y cuando hubiese fieles que lo solicitasen.
Asimismo, con el fin de conciliar ambos ritos, el Papa Benedicto XVI en la carta ‘Summorum Pontificum’ de 2007 estableció el uso de ambos misales romanos, asegurando que no hay ninguna contradicción entre las dos ediciones del misal.