El alcalde de Valmojado, Jesús López, se ha cansado de que los avisos sobre la recogida de excrementos de los perros caigan en sacos rotos. O en bolsas vacías. Porque hay calles de esta localidad sagreña que han devenido en un campo de minas de heces. «Hay un problema de limpieza. Se acumulan restos», reconoce preocupado por estos defectos de higiene.

El Ayuntamiento dispensa bolsas en los llamados 'pipicanes', pero muchos dueños hacen caso omiso y sacan a pasear a sus perros para que se alivien sin preocuparse por la recogida de los excrementos. Por ello, Valmojado recurrirá a las sanciones mediante las pruebas de las imágenes de las cámaras de vigilancia municipales para intentar corregir esta tendencia, extendida también por muchos municipios por la predilección de las familias a tener mascotas.

El Ayuntamiento de Valmojado, con más de 4.000 vecinos, posee un equipo de 20 cámaras de vigilancia repartidas por todo el núcleo urbano, incluidas las calles más castigadas por la aparición de las heces caninas. «Se entiende que si se depositan excrementos y orines de perros en lugares de paso habitual de otras personas será catalogado como infracción leve y, por ende, acarreará un apercibimiento o multa de 500 a 10.000 euros», advirtió el martes el Consistorio a los vecinos infractores.

Se refiere a la aplicación de la ley de protección de derechos y bienestar animal aprobada por el Gobierno de España en 2023. «Las autoridades municipales podrán imponer sanciones y adoptar las medidas previstas en esta ley cuando las infracciones se cometieran en espacios públicos municipales o afecten a bienes de titularidad local, siempre que ostenten competencia sobre la materia de acuerdo con la legislación específica», incide el Ayuntamiento con la reproducción de uno de los artículos de la ley mencionada.

Más ayuntamientos de la provincia han amenazado a los vecinos con una aplicación estricta de las normativas para intentar disolver el problema de higiene por las  abundantes heces de perros en las calles.

El Ayuntamiento de Valmojado lanza aclara que los dueños de los animales deben evitar que depositen sus excrementos y orines en lugares de paso habitual de otras personas, como fachadas, puertas o entradas a establecimientos. O proceder a la retirada o limpieza de aquellos con productos biodegradables. Falta por ver el efecto de las cámaras de vigilancia.