El Barça hizo valer ayer su condición de equipo aspirante y se impuso (80-85) al Zalgiris a domicilio para frenar su mala racha en el torneo.

El cuadro de Roger Grimau dejó fluir su mejor versión a nivel ofensivo al inicio del encuentro. Nikola Kalinic, certero desde el perímetro, encestaba tres triples sin fallo. El serbio martilleaba con puntos y Tomas Satoransky lo hacía desde la dirección de juego. 

El base dio hasta cinco pases de canasta en los primeros 10 minutos y fue clave encontrando buenas opciones de anotación para sus compañeros. El conjunto báltico, que comenzaba con fuerza gracias a la inspiración de Keenan Evans y del exculé Rolands Smits, perdía algo de fuelle en el tramo final del primer tramo (22-28). Los locales recuperaban su sitio en el choque gracias al acierto exterior y a la fiabilidad de Laurynas Birutis para adquirir cinco puntos de renta (37-32, min . 14) con un gran parcial. 

De nuevo Kalinic y Laprovittola ponían por delante al Barça con dos lanzamientos exteriores en un enfrentamiento en el que el ataque reinaba sobre la defensa. Un frenesí de puntos que provocaba un lustroso tanteo al descanso en favor de los azulgrana ?(51-56). 

La intensidad no cesó en ningún momento y el aplomo del cuadro culé fue fundamental para amarrar una ajustada victoria en los minutos finales del choque. El Barça, que venía de dos derrotas consecutivas en el torneo continental, se mantiene en lo alto de la clasificación y olvida los fantasmas recientes. El Zalgiris Kaunas no fue capaz de imponerse  pese a contar con el apoyo del incombustible Zalgirio Arena.