La jornada se cerró en Pamplona, y Pamplona cerró su partido con un estribillo coral de dudosa métrica pero de claridad meridiana: «Estamos hasta los huevos de Barça y de Madrid». Unos han decidido que la #NegreiraLeague es una evidencia incuestionable, y en cada partido siguen beneficiando a los culés; los otros, consideran que esto es la #FlorentinoLeague, y hay pruebas de sobra para demostrarlo. Ambos, armados con un teléfono inteligente, una red social con su buen puñado de seguidores y un 'frame' extraído del partido de marras, son capaces de indignarse con lo ajeno y después obviar lo propio. Aunque llevan desde el comienzo de temporada así, les hago un resumen de la última jornada. Se jugó el Getafe-Real Madrid… y supuso un «robo». «Indignante» y «juegan con otras reglas» fueron expresiones ampliamente utilizadas. Dicen que Joselu estaba en claro fuera de juego en su gol (las explicaciones de «la mano de Djené» no ayudan, cierto), que se 'olvidaron' de pitar un claro penalti por manos de Carvajal y de la roja a Rüdiger por un plantillazo a Borja Mayoral. Al día siguiente, se jugó el Osasuna-Barça… y fue otro «robo». «Juegan con otras reglas» e «indignante» volvieron a sonar fuerte, pero pintadas con otros colores. Que si la expulsión perdonada a Oriol Romeu por un codazo -que suponía penalti, ya que era en su área-, que si Koundé se apoya en Pablo Ibáñez para marcar, que si Lewandowski se tira tras un leve contacto para provocar el penalti y la roja de Catena...
Subid a mi barco, dicen a los modestos, a los verdaderamente afectados por la tiranía de los gigantes: el Barcelona (o el Madrid) nos está robando. El 'club de los damnificados', formado por 18 equipos, sigue 'flipando' con que sean ellos, precisamente ellos, los que más alto se quejan.