Dicen que lo difícil no es llegar, sino mantenerse. ¿Cómo lo hace para mantener y aumentar la ilusión propia y de los toledanos con sus libros?
Por mi parte, efectivamente, es una cuestión de ilusión. Mantener la ilusión me hace seguir siendo tenaz, insistente, seguir todos los días un ratito, sin parar de investigar. Y supongo que el apoyo de la gente será una consecuencia. Cuando ellos perciben esa ilusión, ese trabajo y esa constancia, es más probable que vayan respondiendo igual o mejor que la primera vez. Y la verdad es que hacemos un buen equipo. Para mí es muy bonito hacer algo colaborativo.
Seguro que no se esperaba hace doce años llegar nada menos que a seis libros, de momento…
Tenía ilusión, por supuesto, y la certeza de que iba a gustar. Pero no hasta el punto de pensar que doce años después iba a estar preparando el sexto libro. Es algo muy bonito.
¿Cuál es el hecho diferencial de este sexto volumen?
Siempre hay hallazgos que van a sorprender en cada una de las franjas temporales en que se subdivide el libro. Hay hallazgos sorprendentes en el siglo XIX, hallazgos en los primeros años del XX, en la Guerra Civil y desde entonces hasta acá. Un hecho diferencial es que, pese a lo que pueda parecer, siguen apareciendo novedades en todas esas franjas. Pero el hecho diferencial es la ciudad, una ciudad registrada en todas sus facetas y épocas, lo que no ha sucedido prácticamente en ningún otro sitio de España. Por lo demás es un libro con una distribución similar por capítulos, ordenados de manera cronológica.
Trescientas fotografías, ¿nos puede destacar a alguna?
Me ha hecho especial ilusión descubrir la faceta fotográfica, hasta ahora desconocida, de los hermanos Álvarez Quintero en el siglo XIX. Son las primeras fotos que se conocen de la Semana Santa en Toledo.
¿Muchos autores nuevos entonces?
Hay un fotógrafo inglés, que me parece maravilloso, Thurston Hopkins, que fotografió Toledo a mediados del siglo XX, que es muy bueno. Luego recojo algunos hallazgos que he hecho durante los últimos años, con familias bañándose en el Tajo, porque para mí el Tajo siempre tiene un protagonismo importante. Son fotografías que nos recuerdan que otro río es posible, y verlo con gente de carne y hueso disfrutándolo en un estado muy distinto al actual siempre es esperanzador, y sirve para reivindicar esta mejora.
¿Son muchos los toledanos o personas procedentes de Toledo que le mandan sus fotografía?
Aunque la mayoría del trabajo de selección y hallazgos depende de mí, de que sea proactivo y me mueva, a veces son los toledanos los que te escriben y te dicen lo que tienen o han encontrado en casa de sus padres. Y en algunas ocasiones son fotos realmente buenas.
Como en años anteriores, ¿en este volumen vuelven a compartir protagonismo Toledo y toledanos?
Me gusta hacer un equilibrio entre paisaje y paisanaje; entre acontecimientos importantes y vida cotidiana; entre fotografía de gente profesional y fotografía de gente anónima o aficionada... Esos equilibrios me parece que son muy bonitos para hacer un libro lo más completo posible, compensado y equilibrado. Además, permiten llegar a públicos muy distintos. Aquellos que busquen la belleza que consiguen los profesionales lo tienen, pero aquellos que busquen lo más popular que logra la gente de a pie, también. Tenemos además la suerte de una ciudad visitada por miles y miles de personas, lo que hace que el registro de imágenes que hay en Toledo es muy superior al resto de ciudades y recuperarlo es un tesoro. Pocas ciudades han sido tan visitadas como Toledo y eso nos deja un registro gráfico prácticamente de cada rincón.
...Incluso de sus katangas.
Aquí cada detalle, por insignificante que parezca, ha sido registrado. Eso en cualquier otra ciudad no pasa, porque no había gente con cámaras registrando cosas que parecían insignificantes y anodinas en su momento, pero que cuando pasa el tiempo se descubren como tesoros, como rarezas, como testigos y testimonio de una manera de vivir muy diferente de la actual. En Toledo sí lo tenemos y eso hay que aprovecharlo.
Eso también da opción a redescubrir patrimonio perdido.
Esa es otra de las cosas que busco en esos equilibrios. Me gusta que haya un equilibrio entre lo que persiste y lo que ha desaparecido. Lo que pervive, para que la gente vea cómo hay zonas de la ciudad que apenas han cambiado, y aquello que ha desaparecido, para que vean que también hemos tenido nuestras pérdidas más o menos dolorosas y gracias a la fotografía al menos hemos tenido la oportunidad de fijarlas para que todo el mundo sepa cómo eran.
¿Qué visitantes famosos vamos a encontrar en este libro?
La gente va a poder ver en Toledo a Pablo Ruiz Picasso y a Franco Nero con su novia Vanessa Redgrave.
Y al mismo tiempo, también habrá toledanos que se reconozcan.
Eso es algo que también que sucede me da mucha alegría y ocurre con mucha frecuencia. A veces cuando voy a publicar una foto intuyo que va a dar alegría alguien, y es muy bonito cuando luego te escriben y la piden en alta resolución para ponerla en el salón de casa o para regalársela a su madre. Son cosas muy bonitas que me motivan para seguir investigando y seguir buscando, porque detrás de eso hay algo que es difícil que ocurra en otras investigaciones, hay emociones y sentimientos.
¿Cuántos micromecenas ha logrado esta vez?
Son en torno a setecientos. Este proyecto, después de doce años, ya nadie puede decir que es flor de un día, y desmiente ese Sambenito que teníamos de ciudad poco participativa y sociedad poco dada a colaborar y ser generosos, de hacer cosas en común. Los toledanos han demostrado seis veces que son capaces de pagar por adelantado un libro que se hace solo gracias a ellos, sin un euro de subvención, y que tienen en sus manos, siendo ellos partícipes tanto o más que yo.
¿Qué premios tendrán esta vez los colaboradores?
Según la aportación de cada cual, tienen el libro en el formato que haya elegido, y pueden acceder a una agenda con fotos antiguas de la ciudad o un puzzle de 280 piezas, para que se entretengan esta Navidad. Me hace mucha ilusión que esta Navidad y estos Reyes muchos toledanos vayan a regalar cultura en formato de fotografías antiguas de Toledo. Yo sigo, el proyecto sigue, pero ahí están esas dos trilogías y agradezco a los mecenas que estén haciendo historia en este proyecto colaborativo, que creo que no tienen muchos comparables en España.