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La Asociación de Vecinos El Tajo pidió en la última Junta de Distrito del Polígono que el Ayuntamiento exija a la constructora que se encargó de las obras de remodelación del paseo Federico García Lorca que se haga cargo de las muchas carencias que tiene el mismo. Sería un paso previo a la inauguración de las mismas.
Durante la misma sesión plenaria, vecinos y políticos estuvieron de acuerdo en la necesidad de evaluar lo antes posible los defectos de las pistas del colegio Alberto Sánchez, para que si están en garantía las repare de inmediato la constructora. En consecuencia, el portavoz vecinal, Víctor Villén, exigió que ocurra lo mismo con las obras del paseo, encargadas por el Ayuntamiento y con un presupuesto superior al millón de euros.
«Entendemos que es una obra representativa del barrio, entendemos que quedó en malas condiciones y que se debe reparar», advirtió Villén. El portavoz vecinal recordó los muchos problemas del paseo, tantas veces denunciados por residentes del entorno y usuarios del paseo. Son problemas como las grietas en el firme y las malas terminaciones. Tampoco está en funcionamiento la fuente ornamental, y hay problemas con la iluminación y las especies vegetales plantadas.
La propuesta de los vecinos es que el Ayuntamiento reclame a la constructora la garantía, y que con posterioridad se inaugure la obra, dado que es la única de las grandes realizadas con el dinero del ‘Plan E’ que no ha contado con este tipo de respaldo.
Gimnasia pasiva. Además, Villén también pidió que el Ayuntamiento recupere los aparatos de gimnasia pasiva retirados de la obra y se pongan en otra zona del Polígono. El proyecto de remodelación del paseo Federico García Lorca incluía la colocación de varios elementos de gimnasia pasiva para personas mayores. Tras su puesta en funcionamiento, en un pequeño vial paralelo, los vecinos del entorno se quejaron de que producía molestias, y fueron retirados.
La propuesta de la Asociación de Vecinos es que se saquen esos elementos del almacén donde tienen que estar guardados y se instalen en el vecino paseo Juan Pablo II, tras la biblioteca, y muy cerca del hogar del jubilado. No obstante, El Tajo estaría dispuesto a que se escogiera otra ubicación. Lo importante es que se recuperen estos aparatos para el uso de los vecinos del barrio.