Casi tres meses después de la embestida de la DANA en la provincia de Toledo, su rastro permanece en algunos de los numerosos lugares que se vieron afectados por su paso. Las huellas de la gran riada son visibles en el arroyo de Las Zorreras del barrio de Valparaíso, una corriente que se conoce de manera popular como arroyo Carrasco o arroyo Salchicha.
Paralelo al citado arroyo se encuentra en buena parte de su recorrido -y ya en el tramo del término municipal de Toledo- el camino del Molino al Elegido, una vía también deteriorada. La rotura de una arqueta por donde circulan aguas fecales procedentes de Bargas -y que van sin depurar hasta su confluencia con río Tajo- produce un fuerte y desagradable olor en la arteria principal del barrio, la avenida del Madroño.
Algunos vecinos han elevado su protesta ante el Ayuntamiento de Toledo. La respuesta del Consistorio, según han explicado los afectados, es que la Patrulla Verde conoce el caso y que ha estado en el lugar donde se ha producido la fuga. Después de casi tres meses, la situación no ha mejorado. Los residentes en la zona aseguran que las aguas llegan más lejos cada día y los olores se han incrementado. Asimismo, la asociación de vecinos Río Chico ha realizado algunas gestiones en favor de una solución, pero sin éxito hasta el momento. La Confederación Hidrográfica del Tajo también conoce el problema, pero tampoco ha actuado.
Los vecinos muestran su hartazgo por un problema aún no resuelto después de tanto tiempo. Los escapes y averías en la zona se han producido en varias ocasiones durante los últimos años, pero siempre se han resuelto con celeridad.