Mediciones de telefonía móvil en cuatro puntos concretos. Parte de la esperanza de encontrar al autor del asesinato pasaba por averiguar quién estaba presente en esas fechas en el lugar del crimen. Una de las fórmulas para averiguarlo reside en la triangulación de las antenas de telefonía. Para ello, la investigación solicitó autorización judicial a diversas operadoras móviles para conocer los datos en cuatro puntos concretos. Las mediciones se hicieron en el lugar del crimen, en el parque Lineal; un segundo punto a sólo unas calles de la agresión al tratarse de una zona donde un testigo ve salir a alguien de un arbusto y meterse en un coche; otro en el entorno de los Pisos Negros, donde media hora antes de la agresión varios testigos fueron amenazados por un sujeto que portaba un machete y una máscara y, por último; y requiriendo la medición de una noche diferente a la que ocurrieron los hechos, del parque de La Vega, donde se halló en los aseos públicos un machete similar al usado en el asesinato.
El hallazgo de un machete de similares características. En la triangulación de móviles descrita previamente se añadió un cuarto punto el 12 de noviembre de 2021, cuando los trabajadores de limpieza municipales se encontraron escondido en los aseos públicos del parque de La Vega un machete, tras ver salir de los mismos a una pareja de jóvenes. La descripción de dicho arma encaja con las características descritas por el testigo presencial del asesinato a Lorenzo, pero discrepa de las indicaciones otorgadas por otro de los testigos que vieron al presunto agresor con la máscara la noche de los hechos. Este hallazgo hizo que se realizara una nueva medición de este entorno para descubrir alguna similitud en los teléfonos móviles que coincidiera con las de la noche de Halloween, pero tampoco se obtuvieron conclusiones favorables para la investigación del asesinato a Lorenzo Pompiliu.
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Un sospechoso con «afición» por las armas blancas. Durante la investigación fueron varios los sospechosos sobre los que se puso la mirada policial, pero en los meses previos al sobreseimiento provisional del caso, las autoridades centraron la mirada en un único perfil, el de un joven que tenía «afición por las armas blancas», tal y como revelaba de él su propia familia; que su terminal móvil lo situaba la noche del asesinato en la zona de los hechos; y que su domicilio habitual se encuentra cerca del lugar del crimen y en la misma dirección hacia la que un testigo observa huir al autor. Este sospechoso presenta problemas mentales, tales como trastorno de personalidad esquiztípico o problemas de control impulsivo según varios diagnósticos. Unos hechos que llevaron a la investigación a estudiar los movimientos bancarios del investigado y de su madre con el fin de rastrear posibles compras empleadas por el autor de los hechos, como puede ser la máscara o el propio machete.