Víctor Arribas

VERDADES ARRIESGADAS

Víctor Arribas

Periodista


El gabinete

08/12/2024

El engorde de la administración va por barrios. Cuando gobiernan unos, los otros denuncian el dispendio. Cuando gobiernan los otros, los unos cargan contra el dedazo. Esto es así desde que echamos los dientes en la actual etapa democrática y ya lo hemos somatizado hasta el punto de que se ha aprendido a convivir con un elefante mastodóntico en el jardín. Unos cuantos asesores por aquí, unos cuantos amigos pendientes de colocación por allá, y la nómina de asistentes colocados por decreto asciende en poco tiempo a varios centenares, como los que ahora desarrollan su trabajo en los aledaños del gobierno. Y en este erial, páramo, oasis o jardín del Edén, como cada uno quiera verlo, ha germinado una figura que al señor o la señora de la calle le suena a chino, que alucinan tan sólo con escuchar su denominación: el "jefe de gabinete". Se trata de un empleado incondicional, sentado siempre a la derecha del padre, al que no le tose nadie porque es la extensión de ese liderazgo en el cielo y en la tierra. El gabinete define a la serie de personas, muchas, y bienes, numerosos, que hay en el entorno más cercano del despacho principal. Ni se imaginan cuánta gente tiene en España jefe de gabinete, se sorprenderían de saberlo, pero llega a niveles insospechados del poder político, empresarial, deportivo y hasta cultural. Cualquiera que quiera ser alguien tiene que tenerlo, de forma que las decisiones sobre su devenir diario se pongan en manos de un tercero que se ha ganado nuestra confianza a fuerza de acompañar y apoyar. "Llama a mi jefe de gabinete y que te lo arregle", es una frase muy socorrida.

Con las noticias judiciales que atosigan, aunque parezca lo contrario, al partido que nos gobierna a los españoles, nos hemos enterado de que un buen jefe de gabinete, el que realmente es un poder fáctico que hace y deshace a su antojo, ordena agendas, prescinde de personal, cuida los detalles y le dice al líder lo que le conviene, ese jefe de gabinete pata negra, decía, necesita... otro jefe o jefa de gabinete a sus órdenes. De esta forma, ha nacido en el mercado laboral español el empleo de jefe de gabinete del jefe de gabinete del líder. A este asistente redoblado, que reporta sólo a su superior como si de una perfecta pirámide se tratara, hay que cuidarle bien. No debemos ser demasiado restrictivos y negarle que a su vez tenga a su servicio un tercer gabinete bajo su jurisdicción jerárquica, porque las gestiones de un gabinete que depende de otro deben ser amplias y no siempre son bien ponderadas. Y así, hasta llegar al sótano del edificio bajando escalones gabineteros. Todo sea por la organización y el buen funcionamiento del despacho empoderado.

Otra de las cosas que hemos sabido, despertando del sueño eterno, es que la mujer del presidente, cuya actividad como consorte no está regulada en la legislación española, ha tenido una secretaria de la Presidencia del Gobierno ayudándole con sus asuntos privados. ¿No ayudaría más que tuviera también su gabinete?.

ARCHIVADO EN: Oasis, España