Los usuarios habituales que transitan por la estación de autobuses de Toledo expresan su profunda frustración ante lo que describen como "desidia, desinterés, mala gestión" por parte de las autoridades responsables. No solo se enfrentan a las ya famosas escaleras mecánicas que "llevan años" fuera de servicio, sino que ahora también se suman los problemas con el ascensor, creando una situación aún más difícil, especialmente para aquellos con discapacidades o movilidad reducida.
La ausencia de un ascensor operativo convierte la salida de la estación en un verdadero desafío, obligando a los viajeros, ya sean turistas que vienen a explorar la riqueza gastronómica, histórica y cultural de Toledo, o trabajadores que dependen de este medio de transporte, a subir las escaleras con sus pesadas "maletas, al margen de su condición física, para salir a la calle". Para aquellos con movilidad reducida, esta situación se convierte en un obstáculo insuperable, ya que las escaleras se transforman en una montaña, y salir de la estación implica incluso adentrarse en la carretera, exponiéndose a riesgos adicionales.
Los usuarios, indignados, consideran que esta realidad es una "vergüenza" para una ciudad como Toledo, proyectando una imagen negativa de la ciudad a miles de visitantes que llegan con la expectativa de disfrutar de su historia y gastronomía.