Las dudas, los recelos y la preocupación por el proyecto del macrohotel que construirá la empresa Delfín que mantenían los grupos de oposición hace año y medio, en el inicio del periodo de información pública del Plan Especial de Reforma Interior (PERIM), se han disuelto con las modificaciones que se han ido introduciendo para que el futuro establecimiento hotelero, que contará con un centenar de habitaciones, encaje en las once parcelas que ocupará, es decir, en 2.177 metros cuadrados.
Así, la comisión de Urbanismo aprobó esta mañana el PERIM con una amplia mayoría porque el PSOE contó con los apoyos del PP, Ciudadanos y del concejal no adscrito. Eso sí, no hubo unanimidad porque VOX se abstuvo y el grupo IU-Podemos votó en contra y siguió con su férrea oposición a un proyecto que va más allá de un nuevo negocio hotelero en el Casco.
En este caso, el proyecto es impecable legalmente porque se ha ido adaptando a los requerimientos de Cultura, «tiene información favorable de Patrimonio y ha sido necesario hacer malabarismos para conectar todas las zonas del hotel», informó la jefa de Urbanismo durante la comisión, ya que se trata de un proyecto de gran complejidad al albergar once edificios de distintas tipologías y alturas.Si bien, el futuro hotel ha eliminado la posibilidad de construir una piscina en la azotea, también ha descartado construir un aparcamiento en la calle Santa Justa para que no queden afectados los restos arqueológicos y todo indica que el promotor tampoco excavará prácticamente en la zona.
Sin embargo, para que el proyecto ajuste en la manzana de viviendas sí se permitirá «el incremento de volumetría y el aumento puntual de altura de edificación», siempre que se ajusten a las características de los edificios y se garantice la protección de los valores patrimoniales.
A pesar de que el proyecto no tiene pegas legales, este punto del orden del día suscitó un intenso debate, sobre todo, por parte del portavoz de IU-Podemos, Txema Fernández, convencido de que el PSOE «hurta el debate social» del futuro del Casco al decantarse por la explotación turística como modelo n en vez de apostar por la residencialidad.
En este caso, cree que el debate sobre el futuro del Casco ha terminado antes de empezar porque con este tipo de iniciativas el equipo de Gobierno deja claro «que prefiere que el Casco sea para visitantes efímeros». Y en su opinión, se podrían buscar fórmulas para exportar la oferta hotelera a otros barrios, -que chocó con la respuesta del no adscrito, Luis Miguel Nuñez, aludiendo que el interés empresarial se centra en el Casco- y considera que se ha perdido una oportunidad para tratar con la EMV la posibilidad de haber rehabilitado estos inmuebles para destinarlos a viviendas.
Por otra parte, Fernández dejó caer la dimensión del proyecto hotelero en cifras, ya que el Ayuntamiento ingresará más de 170.000 euros por el ICIO, 30.000 euros de IBI anuales y 20.000 euros por la licencia de obra, dado que el coste del hotel ronda los cinco millones de euros.
Además, María Ángeles Ramos, de VOX, manifestó su inquietud y entiende que no está claro que se recuperen y se pongan en valor los restos del foro romano.
A pesar del respaldo del resto de grupos al proyecto, lo cierto es que tanto Pablo Corrales, del PP, como Araceli de la Calle, de Ciudadanos, comparten que el Casco necesita medidas para ganar en residencialidad porque es necesario mantener el equilibrio entre la explotación turística y la habitabilidad.
Para Sabrido, la votación fue casi redonda y confirma que se ha entendido «que se trata de un proyecto muy bueno para la ciudad». Aun así, también remarcó que el equipo de Gobierno seguirá avanzando en rehabilitación y en la residencialidad del Casco.