Héctor Jesús insufló vida a la Jara. Este canario frisaba los 30 años cuando aterrizó como párroco en Belvís de la Jara. Un año después, el Arzobispado de Toledo le encomendó la iglesia de La Nava de Ricomalillo y la de Buenasbodas, pedanía de Sevilleja de la Jara. El religioso conocía de sobra la provincia porque estudió en el seminario de Toledo y acabó destinado en el rincón más castigado por la despoblación. Allí, al pie de la N-502, aguardaba una escultura extraordinaria: una representación del sagrado corazón de Jesús de casi ocho metros de altura, moldeada en hormigón armado.
Los 500 vecinos de La Nava de Ricomalillo, más los allegados, arrimaron bien el hombro para costear los 45.000 euros de la escultura, un fenomenal trabajo del pacense Rodrigo Espada. Hace 16 años, un antecesor de Héctor Jesús, Enrique Rodríguez Torrejón, propuso el encargo de esta pieza de 35 toneladas para auparla a la cima del cerro del Mogorro. Pero se quedó a pie de calle, en la parcela de una vecina.
Milagrosamente, la escultura se ha salvado de los frecuentes actos vandálicos que entristecen la provincia. «Los chavales saben que sus padres y sus abuelos han pagado el Cristo», apunta Héctor Jesús Rodríguez de Rivera. El párroco se decidió este año a completar el propósito de elevar la pieza sobre el pueblo. En marzo comenzó el papeleo de conseguir los permisos de las administraciones para que la escultura presida el pueblo y, por extensión, la comarca de la Jara.
Los vecinos reclamaban la finalización tras 16 años a la espera. La misma empresa que instaló el Cristo de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús de Talavera inició a principios de septiembre la construcción de una peana dentro de una desvencijada torre del cerro del Mogorro. «Me haría ilusión que estuviera colocado antes de la Navidad», expresa el sacerdote, con dudas sobre la fecha definitiva de finalización.
La pieza estará a la vista de cualquier conductor que circule por la N-502, la carretera que comunica Ávila y Córdoba. A su vez, recorre como una cicatriz la comarca de La Jara. «En cualquier parte del pueblo se ve. Significa pedir la protección del sagrado corazón de Jesús», indica. Y, a su vez, para toda la comarca jareña. A continuación, apostilla el cura: «Va a dar identidad al pueblo».
La idea de La Nava de Ricomalillo coincide en otro aspecto con la de la parroquia de Talavera. Ambas piezas están firmadas por el escultor pacense Rodrigo Espada. Doctor en Bellas Artes, finalizó en 2021 el encargo talaverano, el sexto del extremeño dedicado al sagrado corazón de Jesús, según informaba el diario Hoy hace tres años. La pedanía de La Guarda y el municipio de Peñalsordo, ambos en la provincia de Badajoz, antecedieron la construcción de la extraordinaria pieza de La Nava de Ricomalillo. Más adelante, cinceló imágenes idénticas en Pamplona y Lucena (Córdoba).
Héctor Jesús divisa el cerro del Mogorro, aún sin la talla, y actualiza la cuenta regresiva, iniciada ya para completar la demorada empresa de elevar la expresión de la fe de los paisanos jareños al cielo de La Nava de Ricomalillo.