«El ser humano necesita arte», dijo Carolina Jiménez, en una de sus entrevistas hace años. El cine también. Y ahí dentro está metida esta artista de efectos especiales que ha trabajado en medio mundo y de la mano de reconocidos directores. Suele decir que siempre se aprende algo en cada proyecto y en cada manera de hacer cine, y los efectos especiales digitales forman parte de un engranaje que tiene que estar engrasado y engarzado para que la película funcione.
Carolina llegó al séptimo arte después de haber iniciado y aparcado la carrera de arquitectura y diseño de interiores, y apostó por un mundo que le fascinaba, sobre todo, desde que vio la película de 'El Señor de los Anillos'. En aquella trastienda del rodaje y se dio cuenta que un profesional con un ordenador podía trabajar feliz creando efectos en producciones, con lo que se animó a estudiar 3D, se especializó en efectos visuales, y cogió rodaje de la mano de reconocidos estudios y directores de prestigio en Estados Unidos, Gran Bretaña y Nueva Zelanda, principalmente.
¿Qué le puede explicar una especialista en efectos visuales y digitales a estudiantes que ven con admiración e inalcanzable dedicarse al cine?
Se suele pensar que los efectos especiales son fáciles porque están hechos por ordenador y cosas por el estilo. Les cuento cuál ha sido mi trayectoria, desde que empecé cuando no sabía nada de este mundo hasta ahora, como un ejemplo de evolución en una carrera de este mundo. También cómo funciona el flujo de trabajo dentro de un estudio de efectos visuales, los departamentos que hay, cómo funcionan e interaccionan entre sí. Es bueno que conozcan más de cerca que hay muchos artistas, muchas horas de trabajo y muchas especialidades y tecnología. En definitiva, suelo contar todo lo que me hubiera gustado que me hubieran contado cuando empecé, pero nadie lo hizo.
¿Cómo trabaja un departamento de efectos especiales una vez que se pone en marcha un proyecto?
Nosotros seguimos las directrices del director o de la productora. Nuestro trabajo en efectos visuales se centra en la post-producción y empezamos después del rodaje, pero también es fundamental que haya personal de los efectos visuales tanto en la pre-producción y durante el rodaje para asegurarnos que todo se rueda correctamente y poder hacer nuestro trabajo. En este caso, si no se rueda de determinada manera o no se hace bien, repercute directamente en el departamento de efectos especiales o hace imposible nuestro trabajo.
¿Te han llegado a pedir algo imposible en algún proyecto?
Sí. De vez en cuando pasa y cuando ocurre hay que buscar soluciones alternativas. Otras veces, tenemos que improvisar porque en post-producción, quizá, no se puede hacer lo que inicialmente se planeó, pero siempre hay algo que se puede hacer para tratar de salvar la escena. Es cierta y se dice esa frase que se suelta en los rodajes: 'Eso ya lo arreglamos en post-producción'. Cuando ocurre tratamos de arreglarlo con cambios de guión, de presupuesto, de fechas y cambios de opinión del cliente. Es algo que ocurre como en cualquier trabajo creativo.
¿Está suficientemente reconocida y respaldada la profesión en la industria cinematográfica?
Ahora, mucho más. Al principio, no. Éramos bastante desconocidos e incomprendidos y empezamos a tener mucha más presencia en las películas antes de tener reconocimiento suficiente. Durante mucho tiempo los contratos eran cortos y las horas se hacían muy largas. Sin embargo, ahora estamos mucho mejor: los contratos son más largos, e incluso indefinidos, y los estudios están entendiendo que no pueden despedir a todo el equipo cuando terminan un proyecto y volver a contratarlo para el siguiente. Hay mas continuidad y seguridad a la hora de trabajar.
Imagino que habrá que quitarse de la cabeza el mito de que los efectos especiales están en las grandes producciones de acción, aventuras y ciencia ficción. También una película intimista tiene efectos especiales aunque no sean tan espectaculares...
Todos los proyectos tienen efectos especiales, aunque sea únicamente una corrección de color o eliminar algún elemento que no debería estar donde está. La maldición de mi profesión es que cuando mi trabajo está bien hecho no se ve, solo se ve cuando está mal hecho y a todo el mundo le llama la atención y dice que se nota un montón. Por eso, me empeño en contar cómo trabajamos para que se entienda que el trabajo está ahí aunque no se vea.
¿Qué papel empieza a jugar la inteligencia artificial en efectos especiales y en el cine? ¡Hay mucho miedo!
Sí. Hay mucho miedo por la neofobia y tecnofobia inherente al ser humano, así que cuando llega algo nuevo primero nos asustamos. Soy optimista en este sentido. La inteligencia artificial es imparable, ha venido y está aquí para quedarse y más nos vale comprenderla y saber utilizarla. Es y será una herramienta más.
Esto mismo ha sucedido a lo largo de la historia del cine y de la humanidad muchas veces. Llega una nueva tecnología que cambia las cosas y parece que van a desaparecer muchísimos puestos de trabajo., quizá no sea mentira, pero habrá otros muchos puestos nuevos y vamos a seguir evolucionando. No es la primera vez que pasa ni la última que va a pasar. Será una herramienta que nos facilitará mucho trabajo, con lo que estoy convencida de que hay que aprovechar este momento fabuloso.
Pero los actores y actrices estadounidenses ya están haciendo presión en contra porque temen que la inteligencia artificial les usurpe el papel, su rostro y su voz.
Pueden tener razón en parte porque la tecnología avanza más deprisa que la legislación. Ocurre siempre y no da tiempo de otra manera. Como se pueden imitar caras, voces, rejuvenecer gente y demás, es necesario aprender a regular. Hay muchos actores que están dejando ya firmado por escrito que cuando ellos desaparezcan no quieren que se pueda utilizar su imagen. Es algo lícito y tenemos que aprender a respetar también esta postura porque cada uno puede hacer lo que quiera con su imagen.
Aun así, nunca se podrá prescindir de los actores, por mucha inteligencia artificial que tengamos, porque lo que puede aportar un actor preparado y capaz de ponerle alma a un personaje sospecho que la inteligencia artificial no podrá sustituirlo, únicamente echar una mano.
En relación a los efectos especiales, ¿el cine español tiene que aprender de otros cines con mayor industria, como el americano? ¿También nuestro cine puede enseñar fuera?
Siempre hay que aprender de lo que no somos nosotros, con lo que la pluralidad es muy importante para tener todos los puntos de vista y aprender de quienes hace las cosas diferentes a nosotros porque pueden ser mejores. Y al revés, nosotros hacemos cosas mejores que los demás. No es lo mismo el cine neozelandés o australiano, que trabajar con George Miller en el cine americano. Tampoco el cine español se parece, con lo que la mejor manera de hacer películas variadas, completas y artísticamente ricas es tener en cuenta todas las culturas y los puntos de vista.
¿Qué te han pedido especialmente complicado?
Una secuencia de 'El Hobbit'. En el bosque de Mirkwood, plagado de arañas gigantescas, hubo que crear telas de araña una a una. No teníamos un simulador de telarañas porque no viene por defecto en los programas y tuvimos que crear uno que, al principio, no funcionaba bien, pero poco a poco, trabajando con los programadores, lo conseguimos y pusimos cientos de telarañas una a una. Fue un trabajo muy arduo.
¿Esta profesión exige renovarse constantemente?
Sí. No he dejado de formarme estudiando cine, viendo programas, tutoriales, documentales y de todo. Tenemos mucha información a nuestro alcance que merece usarse.