La patronal toledana discrepa de la buena salud del mercado de trabajo de la que presume el Gobierno de España. Manuel Madruga, secretario general de Fedeto, plantea un ejercicio de medición del volumen de desempleados que desborde «el mes a mes», una fórmula que presenta el número de parados «de una manera muy coyuntural» y que supone renunciar a un análisis más amplio.
«Los datos de paro son negativos y cada vez más negativos», proclama Madruga, quien señala las debilidades que muestran determinadas cifras «estructurales», como la tasa de empleo, la bolsa de parados de larga duración o la presencia, de difícil cuantificación, que suponen los fijos discontinuos. El responsable de Fedeto recuerda que, pese al continuado descenso de parados en los tres últimos años, la tasa se mantiene persistente por encima del 12%. Al mismo tiempo, el porcentaje de personas sin trabajo con edades comprendidos entre los 45 y los 55 años escala hasta el 60%. El empleo juvenil, por su parte, deja a España a la cola de la Unión Europea. Si se descuentan los fijos discontinuos, trabajadores que durante algunas partes del año no trabajan ni reciben remuneración, la tasa de paro escalaría, explica Madruga, hasta el 13,5%.
La percepción sobre el buen momento que atraviesan los principales indicadores macroeconómicos no es compartida por los empresarios toledanos. Como botón de muestra señalan el frenazo en las exportaciones. «Si esto ocurre con una economía que va bien, qué pasará cuando vaya mal», apunta Madruga. Los mercados de Francia y Alemania, dos de los principales receptores de los bienes toledanos, han reducido sus compras por el menor vigor de sus respectivas economías.
Madruga lamenta la falta de elementos que permitan «prever» que el comportamiento alcista del mercado de trabajo «se sostenga hasta final de año». Además, subraya que el empresario contrata en función de la coyuntura económica general y la salud que observa en el sector en el que desarrollan su actividad. Ambos enfoques quedan, en el caso español, marcados por una inflación que no mengua, «que, incluso, sube». Madruga recuerda que a la espiral alcista de los precios también han contribuido al incremento, no negociado con los empresarios, del salario mínimo interprofesional o la propuesta para el cambio de la indemnización por despido. «Impide que se contrate mejor», apunta.
Además, niega que el récord de cotizantes se traduzca en empleos de más calidad. «Hay más afiliados a la Seguridad Social, pero se trabajan menos horas porque hay contratos de muy pocos días y muy pocas horas». El registro de horas trabajadas que se acumuló en 2022 fue más elevado que el pasado año. Por otra parte, en los días finales de cada mes, tal fue el caso del reciente mayo, desaparece un importante volumen de afiliados, otro indicador de temporalidad.
«Solo funciona bien la hostelería, pero las empresas no encuentran mano de obra», detallan desde Fedeto. Madruga afea la nula preocupación del Gobierno central por las políticas pasivas de empleo, un problema advertido por la OCDE. «No sabemos por qué se rechazan ofertas de empleo». Asimismo, la posibilidad de percibir una prestación complementaria a una jornada parcial amenaza la productividad. «Se van a amoldar a trabajar menos horas porque pueden cobrar un subsidio».
DIÁLOGO SOCIAL. Madruga critica la falta de interlocución desde el Ministerio de Trabajo. «España no está actuando bien en el marco del diálogo social», cuenta Madruga.
En Fedeto exigen que se escuche la voz de los empresarios ante un horizonte que intuyen sombrío. «Las decisiones improvisadas generan consecuencias imprevisibles», proclama su secretario general, quien se pregunta qué ocurrirá en el mercado de trabajo cuando la actual situación económica «entre aceptable y buena» se torne negativa, dada la persistencia de una tasa de paro elevada que alcanza niveles dramáticos en determinados segmentos de la población.