El concejal del Ayuntamiento de Aldeanueva de San Bartolomé (Aldeanovita) Gustavo Delgado recibió el domingo el aviso de un vecino. Había visto una cigüeña tiroteada en el municipio. Un motorista orientó al edil y a los agentes medioambientales para la localización definitiva del ave, muy cerca de la carretera CM-4100. Las lesiones eran muy graves.

«Es muy triste», observaba pesaroso el alcalde de Aldeanovita, Ángel Farao. Las cigüeñas habían regresado al municipio este año después de que un tiroteo similar ahuyentara a las aves durante años. Los vecinos habían observado ya dos parejas con sus crías en sendos nidos.

El ave herida no se corresponde con estas parejas, pero no debería estar asentada muy lejos. El concejal y los medioambientales encontraron al ejemplar con un ala muy dañada por los disparos con una escopeta de perdigones del calibre 4,5 milímetros. Trasladada al Centro de Estudios de Rapaces Ibéricas (CERI) de Sevilleja de la Jara, los expertos determinaron el sacrificio del animal por las lesiones irrecuperables después de ser plomeada sin piedad.

El autor quería evitar posiblemente que el ejemplar construyera un nido en su tejado. «Es anacrónico», criticaba el concejal por el método destructivo empleado por ese vecino de Aldeanovita para librarse de las aves.

El alcalde tiene claro que el disparo fue intencionado; ahora, el Ayuntamiento intenta que no se repitan ataques similares en este pequeño pueblo jareño de 400 habitantes.