Es el resultado del fracaso del peronismo. Aparte del agradecimiento que España tiene que sentir por Perón, del que nadie duda de su fervor por nuestro país, donde se vino a vivir cuando lo echaron de Argentina, en el fondo Perón era un populista de las primeras escuelas del populismo. Se casó con la famosa Evita, la canción de 'Don't cry for me Argentina' lo dice todo. Dña. Eva Perón, que vino a España en olor de multitud con Franco, sabía cómo hacer las cosas para engatusar a los analfabetos. Salía vestida de blanco junto con su marido por las calles de Buenos Aires, como en el Grand Gatsby, y regalaba sus joyas en los desfiles tirándolas a la gente, como si 4 joyas pudieran dar de comer a alguien.
Todo era simbolismo y humo. Los argentinos la amaban, y además con ella coincidió que Argentina era ajena a la guerra mundial del 45, de manera que, esquilmados por las bombas los campos de cereales de Hungría, Ucrania y Francia, su país se convirtió en uno de los proveedores mundiales. Así, por un casual mundial, volvió la riqueza a Argentina como ocurrió también durante la primera guerra mundial. La décima potencia del mundo dos veces. Todo argentino de aquella época disfrutó de los ingresos que le proporcionaban el trigo, la carne y la industria argentina. Pero aquello se acabó, Europa volvió a producir de todo, y Argentina al competir cayó de nuevo en la crisis. El paro y la hambruna y el recuerdo de la grandeza hicieron que el pueblo volviera de nuevo a mirar a Perón, pero los milagros solo existían en el Nuevo Testamento. Perón falleció antes de fracasar y se convirtió en un mito, y su segunda mujer la echaron los revolucionarios y el ejército.
Argentina se convirtió en un polvorín irreconocible. Los atentados estaban a diario en los periódicos, y ese romanticismo comunista que puso al mundo del revés llevó de nuevo a la Argentina al caos.
Para frenar la expansión del comunismo internacional tanto Chile como Argentina, Brasil, Uruguay y otros países del entorno se convirtieron en un experimento de Estados Unidos con dictaduras militares. Pinochet, Alencar, Stroessner y Videla dieron sus golpes de estado con el resultado que todos conocemos. Pero el peronismo, por el recuerdo de Evita y Perón seguía mitificado.
El peronismo fue degenerando con los Kirchner, que a base de corrupción le dieron la puntilla a Argentina. Hoy Argentina ni paga los créditos internacionales, ni tiene dinero para pagar las pensiones. Los empresarios y el capital huyen. Con unos pequeños atisbos de regeneración apareció Macri, que era como Rajoy de indeciso y meapilas, y como pasaron los 4 años sin reflotar el país, la gente que se había acostumbrado a las subvenciones no le volvió a votar.
Hoy es el desastre de los desastres. Una de las mejores economías del mundo abatida por la subvención de los acólitos. Pero eso arruina los países. No hay empresarios como no los había en la Unión Soviética. Pasto de pobreza. La devastación argentina es el caldo de cultivo de Milei. Hay que despedir a todos los funcionarios enchufados y empezar de nuevo a hacer un país, y muchos argentinos lo saben y por eso lo han votado. Él sabe que hay que quemar las naves y empezar de nuevo, otra cosa es cómo lo haga, pero se ha envuelto en la bandera y es la primera vez en muchos años que alguien grita ¡Viva Argentina!