El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no interpreta las elecciones europeas de este 9 de junio como un plebiscito pero resalta la trascendencia de esta jornada porque en ella cree que se decide si se apuesta por una Europa que avance y haga frente a la ola reaccionaria o una Europa que retroceda.
Sánchez ha hecho estas consideraciones en una declaración a los periodistas tras depositar su voto en el Colegio de Nuestra Señora del Buen Consejo de Madrid acompañado de su esposa, Begoña Gómez, y a cuyas puertas un grupo de personas han proferido gritos de desaprobación e insultos.
Al plantearle si ve estos comicios como un plebiscito, lo ha negado y ha dicho que se está ante una decisión muy trascendente ante el peligro de la "ola reaccionaria".
"Que los ciudadanos españoles, como han hecho en otros comicios, manden un mensaje a Europa y al mundo de que estamos por el avance, por el progreso, por mirar adelante y no retroceder", ha añadido.
El jefe del Ejecutivo ha resaltado que cree que los ciudadanos han percibido desde la crisis financiera la importancia de las elecciones europeas ya que el 70% de las leyes que se aprueban en el Parlamento nacional vienen de la Eurocámara.
Además, ha contrastado la respuesta que desde Bruselas se dio a esa crisis financiera con la que se dio a la provocada por la pandemia de coronavirus, así como a las guerras en Ucrania y Oriente Medio.
Por eso ha insistido en llamar a la participación en esta jornada para decidir entre todos si se quiere "una Europa que avance o una Europa que retroceda", si se apuesta por la solidaridad ante los desafíos o por una "Europa reaccionaria, de recortes y de regresión".
Él ha confiado en que se opte por el avance en las que ha recordado que son las primeras elecciones europeas tras la pandemia y por ello ha esperado también una participación en estos comicios superior a otros anteriores a la Eurocámara.
Al preguntarle si tiene buenas vibraciones ante el resultado no ha respondido directamente pero ha señalado que ha oído al PP que sale a empatar cuando semanas atrás casi decía que el PSOE "iba a ser extraparlamentario".
"Son muchas cosas las que hay en juego. Necesitamos una voz contundente, fuerte y progresista en Europa", ha añadido antes de instar a unir esfuerzos, dar una respuesta común y conseguir soluciones supranacionales, no fragmentadas, para hacer frente a los retos globales.
Para Sánchez, hay muchos argumentos para votar en estas elecciones que ha reconocido que tienen una dimensión nacional no en términos políticos, sino de impacto de los recursos y de las políticas.
Tanto a la entrada como a la salida Sánchez ha escuchado algunos gritos de "corrupto" y "traidor" por parte de un grupo de personas que se han congregado a la entrada del colegio y que portaban una bandera de España en la que podía leerse en inglés que España ya no es una democracia y empieza a ser una dictadura junto a una foto de Hitler.