Durante los últimos meses, destaca Ana de la Fuente, la OMIC ha notado un fuerte aumento de denuncias de fraude por la suplantación de identidad de entidades bancarias. El cliente recibe un SMS o una llamada que aparentemente procede del banco, donde le informan que ha habido un cargo o su cuenta o tarjeta ha sido bloqueada. Para solucionarlo, debe pulsar un enlace que le conduce a una web fraudulenta, desde donde los timadores obtienen acceso a sus datos online. La técnica apunta que los bancos tienen la obligación de tener un sistema de doble seguridad, de forma que aunque el cliente haya autorizado o accidentalmente facilitado las claves «ese error no es tan grave como para invalidar la responsabilidad a los bancos, que deben mandar un SMS o un correo electrónico a su cliente para que confirme la operación y diga si quiere continuar. Muchos bancos no lo hacen». La OMIC está consiguiendo la recuperación de algunos fraudes por parte del banco. De forma que De la Fuente aconseja que en estos momentos el sector más duro es la banca, siempre es bueno reclamar, aunque sea por tener la negativa por escrito y poder acudir a otras instancias.
Además, la Oficina ha recibido varias consultas sobre la reclamación de gastos indebidos en hipotecas y de hecho ha tramitado alguna reclamación. Aunque aquí, dado que hay jurisprudencia vinculante, lo habitual está siendo la vía judicial. Hay bancos que voluntariamente acceden a la devolución ante el escrito del consumidor, pero otros no responden muy amistosamente. Por cierto, ya no hay plazo para hacer estas reclamaciones.
También hay reclamaciones por llamadas spam, aunque aquí la competencia es de la Agencia Española de la Protección de Datos.