La muerte del joven Lorenzo Pompiliu ha conmocionado a toda la ciudad, pero especialmente a los vecinos del entorno de la calle Río Tiétar. Allí se encuentra el hogar familiar, donde estos días se acumulan las flores en recuerdo junto a fotografías del fallecido. Muestras de apoyo y condolencias para la familia de parte de muchos vecinos, amigos y conocidos de la víctima, de la que todos sin excepción destacan su talante tranquilo e introvertido.
«Era un chico normal, que solía estar poco por el barrio y casi siempre estaba en su casa, y al que le gustaban mucho los videojuegos», señala un conocido suyo, que no se explica que semejante desgracia haya pasado en su barrio y que le haya tenido que pasar precisamente a él.
«Estaba en sus cosas, con sus amigos... nunca se metía en líos. Era un muchacho muy tranquilo», afirma otro vecino del entorno, que como muchos de los que conocían a la víctima creen que la fatalidad se cebó con él, encontrándose con su asesino por pura coincidencia.
Al parecer, esa noche Pompiliu salió a dar un paseo y a fumar al parque Lineal, situado a unos 100 metros de su casa, junto a un amigo, único testigo del salvaje ataque, y la mala fortuna quiso que se toparan con su asesino.
Pompiliu falleció prácticamente en el acto tras el brutal golpe, provocado por un arma blanca de grandes dimensiones (la investigación se centra en un machete), y su amigo nada pudo hacer para salvarle la vida mientras llegaban los servicios de emergencia.
El pasado lunes fue enterrado en el cementerio de Toledo, acompañado de un centenar de amigos y familiares que, aún en 'shock', no terminaban de creerse lo sucedido a este joven toledano que ha perdido la vida tras un presunto atraco en el que su asesino solo se llevó 10 euros y, a cambio, destrozó la vida de toda una familia.