Aquona, la compañía dedicada a la gestión sostenible del agua y el medio ambiente en más de 70 municipios de Castilla-La Mancha, ha reafirmado su compromiso contra el cambio climático, mediante la certificación ISO 14064 de Huella de Carbono.
Se trata de un instrumento para determinar, contabilizar y evaluar las emisiones de gases de efecto invernadero que la empresa emite, es decir, para establecer la huella de carbono corporativa. Gracias a esta certificación se identifican oportunidades para, por ejemplo, planificar y materializar acciones de reducción de emisiones o anticiparse en la toma de decisiones, entre otras ventajas.
De esta forma, la ISO 14064 avala el trabajo en materia de acción climática que ha desarrollado Aquona en los últimos años, tomando la economía circular, la innovación y la digitalización como pilares fundamentales para llevar a cabo un proceso de transformación a todos los niveles y desarrollar así soluciones de adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático. Hoy, Día Internacional Contra el Cambio Climático, la compañía pone en valor sus iniciativas para descarbonizar, descontaminar y preservar el agua.
Aquona afianza su compromiso contra el cambio climáticoEn el ámbito de la economía circular, son las plantas de tratamiento de agua uno de los focos de actuación para la compañía, en términos no sólo de reducción de emisiones, sino también de autosuficiencia energética a través de la producción de energía. Aquona ha instalado placas solares que, además de abastecer de energía a la operación de la planta, han evitado la emisión de más de 675 toneladas de gases de efecto invernadero en los últimos tres años. A las dos instalaciones que existían en Ciudad Real, se han unido otras dos en Campo de Criptana, que ya tienen habilitadas placas solares en las instalaciones de tratamiento.
En el marco de la economía circular, uno de los proyectos pioneros es la transformación de las depuradoras tradicionales en ecofactorías, un modelo reconocido por Naciones Unidas como proyecto destacado en la lucha contra el cambio climático. El objetivo es regenerar agua para nuevos usos (riego agrícola, etc.), valorizar los residuos para nuevos recursos y producir energías renovables con el fin de conseguir el autoabastecimiento de la planta, generando un impacto positivo sobre el entorno. En Castilla-La Mancha, destaca la ecofactoría de Ciudad Real, en donde está plenamente operativo el proceso de digestión anaerobia de fangos, que permite la producción de biogás, que se aprovecha para producir cogeneración de energía eléctrica y energía calorífica para su uso en la propia instalación, entre otros avances.
Además de todas estas soluciones innovadoras, la estrategia climática de Aquona se completa con la apuesta por la movilidad sostenible (actualmente más del 75 % de los vehículos de la flota de la compañía son híbridos o eléctricos), la eficiencia energética con acciones como la implantación de la ISO 50001 de Gestión de Energía Empresarial, el control y mejora de los sistemas de aireación en las plantas de depuración de agua residual o la renovación de equipos y la producción y compra de energía verde.