La terraza del Miradero propone sustituir el boj

J. Monroy
-

Un estudio técnico describe los múltiples problemas que tiene esta planta, cuyo mantenimiento es responsabilidad del local hostelero, que lleva años buscando una solución

La terraza del Miradero propone sustituir el boj - Foto: David Pérez

Cuando el arquitecto Rafael Moneo planteó la superficie del Miradero sobre el palacio de Congresos, en un entorno tan único, pensó en una estructura vegetal con una planta muy noble, el boj. No es cualquier planta, está en Vesalles y también en los jardines del Prado. ¿Por qué no iba a estar en el Miradero?

Quizás en lo que Moneo no pensó es en los cambios de temperaturas a lo largo del año en Toledo, con más calor incluso que en Madrid, y en que el boj iba a estar plantado además sobre apenas un palmo de tierra sobre el hormigón. El resultado de esto, unido a un hongo que está afectando a la plantación, es que prácticamente desde que se instalaron los bonitos laberintos de boj, la planta ha estado muy estropeada y ha sido un verdadero quebradero de cabeza para la empresa que lo tiene que mantener, que no es otra que Cinco Notas, la adjudicataria de la terraza 'Miradero'.

El cuidado del boj ha sido siempre la condición sine qua non que ha puesto el Ayuntamiento para la concesión de la terraza 'Miradero' desde su puesta en marcha. Y así lo recoge la última, de verano de 2021, a la empresa Cinco Notas por un canon de 132.000 euros. 

La terraza del Miradero propone sustituir el bojLa terraza del Miradero propone sustituir el boj - Foto: David PérezCinco Notas, apunta el hostelero Ventura del Álamo, se viene gastando en el mantenimiento de los jardines 850 euros al mes en una empresa, que a falta de resultados ha declinado continuar con el trabajo. Ahora es complicado encontrar una sustituta. A ello se suma un gasto adicional en tierra cada dos años, que ha llegado a sumar 12.000 euros en 2023. Además, está tratando de luchar contra otros factores, como el orín de los gatos que destroza los riegos o los perros que se meten en los jardines y los van rompiendo. También hay vandalismo. Todo provoca una revisión contante de un riego, que es insuficiente en verano por falta de presión y tiene que completarse con otro manual. Como dato, un boj de pequeño tamaño, mucho menor que los que hay plantados, cuesta treinta euros. Cada sustitución ha supuesto otro dineral.

Pero lo peor, apunta del Álamo, es «el disgusto»; que a pesar de todos estos esfuerzos y de ir a regar todos los días de verano a las seis de la mañana, no hay resultados, el boj va cada vez a peor, hasta el punto de que los técnicos hablan de que es irrecuperable. «Sabemos que estéticamente no es correcto ni bonito, y al final nosotros estamos tirando el dinero, tenemos que buscar otra solución», apunta el hostelero.

Ya hace tiempo que Cinco Notas pidió al Ayuntamiento permiso para la sustitución del boj por otra especie, para que el Miradero esté en condiciones, incluso poner un parque para niños, pero el Consistorio se remite al proyecto de Moneo. El problema es que «va a estar así o peor». En vista de la negativa, ahora va a volver a pedir un cambio de especie en una petición acompañada por un informe técnico. Por su coste, la repoblación no podrá ser completa de una vez, pero la idea es ir haciéndola poco a poco, comenzando por los tres parterres principales por una empresa viable y similar estéticamente. Aunque también se podría tratar de contar con unos fondos Next Generation.

Informe técnico. El técnico Enrique García Gómez (entre otros cargos, jefe del Servicio de Medio Ambiente de la Diputación de Toledo) ha elaborado un informe sobre los cinco parterres de boj del Miradero, en el que llega a la conclusión de que «lo más económico, eficaz y claro sería quitarlo mañana mismo y plantearse otra especie».

El boj, apunta García Gómez, es muy exigente, se da en Castilla-La Mancha, pero en la serranía de Guadalajara y Cuenca, donde lo llaman «buje». No soporta los calores del verano toledano, que es un entorno hostil para sus características. No en vano, recuerda, en este caso se encuentra a pleno sol y sobre una superficie de hormigón, donde las temperaturas pueden rondar los cincuenta grados. Cierto es que hay boj en otros espacios de la ciudad, como la rotonda de Bisagra, pero allí hay más sombra y, sobre todo, más tierra. En definitiva, aquí «el sitio no es el ideal».

Porque a la temperatura se une la escasa base de tierra sobre la que tienen que sobrevirvir estas plantas, que son de un tamaño considerable. Además, hay otro problema, añada García Gómez, los hongos, que hacen que la plantación sea «irrecuperable». Esto hace que la solución pasara por otra especie a la que no afecte el hongo.

Apuesta García Gómez por sustituir el boj, que se ha visto inviable, por otra especie autóctona, y si hace falta, recoger los planos y mantener el mismo diseño geométrico, «pero adaptándolo a las circunstancias que tenemos». Otra cosa es que, por lo caro de la operación, la empresa hostelera solo pueda ir cambiando algún parterre al año, pero habrá que «quitarlo todo, echar una capa de ocho centímetros más de tierra vegetal y volver a plantar, pero no boj. Yo pondría mirto o lentisco, que son de hoja perenne y se pueden recortar a este tamaño. Pero, sobre todo, están adaptados a los rigores del verano».