El director de cine y guionista Giuseppe Tornatore regaló al público una película que anuda la garganta y no la suelta durante dos horas y media. La música compuesta por Ennio Morricone aviva en 'Cinema Paradiso' las emociones del espectador, cautivado por esos personajes de un pueblo de Italia. El vínculo inquebrantable entre el viejo Alfredo y Totó sedujo a academias y festivales que regaron de premios este melodrama.
El título del largometraje italiano bautiza ahora el empeño de la médico estético Concha Gil de levantar un cine en su pueblo, Alcañizo. Menguada como toda la comarca, la localidad sobrevive con 300 vecinos sobresaltados hace unos meses por quedarse sin bar. Corregida la amputación con dos nuevos negocios, la doctora encabeza ahora un incipiente movimiento para montar una sala que sea el eje cultural de la Campana de Oropesa.
Concha organizó en Semana Santa un mercadillo local que recaudó 1.000 euros para la financiación de un proyecto cuyo montante asciende a 15.000 euros. Además, ha creado una asociación, 'Unidos por la cultura', que canalizará la petición de ayudas para hacerse con una pantalla, un proyector, unas butacas y un equipo de sonido. El propósito de 'Cinema Paradiso Alcañizo' consiste en montar toda la instalación en la Casa de la Cultura para que, posteriormente, el Ayuntamiento asuma la gestión y proyecte largometrajes y otros tipos de producciones en este pueblo cercano a Oropesa.
Estrenada en el año 1988, la película 'Cinema Paradiso' destila el aroma del amor por el séptimo arte. El protagonista revive su niñez en un pueblo italiano con la sala de cine y su proyeccionista como elementos conectores de su infancia. El viejo, interpretado por Philippe Noiret, ejerce como maestro de la vida de un joven que ganará de adulto prestigio como director. Totó desanda el camino para regresar al pueblo por la muerte de Alfredo, un viaje nostálgico que engatusa al espectador con la memorable banda sonora compuesta por Ennio Morricone.
Concha ha visto dos veces la película de Giuseppe Tornatore y recordó el argumento cuando buscaba un nombre con gancho para su proyecto de la sala en Alcañizo. Quién no ha visto 'Cinema Paradiso' y quién no se ha conmovido con el aprendizaje del personaje Salvatore di Vita.
Las óptimas condiciones de la Casa de la Cultura de Alcañizo y la disposición de un buen equipo de climatización iluminaron la idea de Concha, una vecina inquieta que rastrea ideas para insuflar vida a este pueblo pegado a la Autovía de Extremadura. «Toda mi familia es de aquí», explica sobre su unión a un pueblo donde pasa fiestas y veranos.
Pueblos de la provincia como Belvís de la Jara incorporaron a mediados del siglo pasado cines a su oferta de recreo, una aventura impensable ahora mismo. Concha quiere revivir ese espíritu, con el apoyo del Ayuntamiento, para incentivar que los vecinos del pueblo y de la comarca puedan disfrutar de las proyecciones sin viajar a Talavera. Ahora, subsisten pantallas grandes en un puñado de localidades de la provincia, como Villacañas o Sonseca.
La promotora se inspira en las instalaciones de la sala Matadero de Madrid. Junto con ella, encabezan 'Cinema Paradiso Alcañizo' María José Gil y Amparo Jiménez. La financiación y los permisos administrativos marcarán el camino de esta propuesta que pretende la programación de películas de estreno para que la Campana de Oropesa pueda reconocerse en ese amor al celuloide que transpira la morriñosa película de Giuseppe Tornatore. Larga vida al cine.