Ha comenzado el otoño y pronto llegará el cambio de hora. Los días son más cortos y va llegando el frío. Todo ello puede suponer un problema para los usuarios y familiares de la residencia social asistida San José del barrio de Azucaica que esperan a diario el autobús a la intemperie para ir a sus hogares. Ante estas circunstancias, estos usuarios han transmitido su preocupación a la Asociación de Vecinos La Candelaria, que a su vez ha solicitado al Ayuntamiento la colocación de sendas marquesinas, para reguardar a los viajeros del frío y la lluvia y dotarlos de un asiento, y que además ilumine la glorieta para aumentar la seguridad.
Porque a falta de asiento, apunta el presidente vecinal, Víctor Fernández Jara, hay usuarios del autobús que, «imprudente por su parte», lo esperan sentados en el guardarraíl. Y aunque la reciente obra de la rotonda ha dejado espacio para la carga y descarga de viajeros, hay vehículos que lo invaden para hacer una trazada más recta, «y la verdad es que es un peligro que la gente esté esperando el autobús en los guardarraíles porque detrás no haya una marquesina para reguardarse». Hasta ahora, la luz del sol permite a los conductores detectar a estas personas, pero en breve dejará de hacerlo a ciertas horas.
Reivindicación. La dotación de un espacio seguro para que los usuarios de esta residencia de la Diputación puedan acceder al transporte público es una antigua reivindicación vecinal en Azucaica. Fue a finales de abril cuando Diputación y Junta de Comunidades concluyeron la actual rotonda de acceso en la CM-4001. Entonces, se lamenta Fernández Jara, no se aprovechó para dotar el espacio de luz, quizás con una gran farola en medio de la glorieta, «porque creamos una rotonda por seguridad y no la iluminamos, la dejamos a oscuras». El resultado es que algún vehículo se ha subido ya encima dirección a Toledo. Tampoco se instalaron las marquesinas que ahora la Asociación ha reivindicado al Ayuntamiento.
De momento, la respuesta municipal, apunta el presidente de La Candelaria, es que no hay espacio para las marquesinas, habría que quitar los guardarraíles y acometer obra. Pero explica que así puede ser en sentido a Toledo, pero en sentido a Azucaica, «pegado a la residencia, que es donde la gente suele coger el autobús», sí hay un hueco entre los guardarraíles para hacer la instalación en un espacio que está en tierra y un paso de cebra para cruzar al otro lado.