La legislatura lleva ya más de ocho meses en marcha. ¿Cuál es su balance hasta la fecha como presidenta de la Diputación de Toledo?
A día de hoy es un balance positivo. Los comienzos fueron muy complicados, fuimos de las últimas diputaciones en constituirnos, lo hicimos el 27 de julio, y enseguida se produjo el parón del verano, aunque el mes de agosto me vino bien para conocer la casa y a los trabajadores. Además, iniciamos un mes de septiembre muy complicado por la DANA porque muchos pueblos se vieron afectados y ese mismo mes nos llevamos un gran batacazo con nuestro vicepresidente Joaquín Romera, que sufrió un ictus, y también ha influido. Aun así, el equipo ha seguido funcionando y entre todos hemos intentado sacar todo el trabajo adelante.
También estamos contentos porque aprobamos en diciembre unos presupuestos de más de 164 millones de euros, con lo cual la Diputación está saneada, aunque tengo que decir que me la encontré saneada.
En el Ayuntamiento de Toledo llevan meses quejándose de la herencia socialista. ¿Cómo se ha traducido esa herencia en la Diputación?
Bien y sin problema. Las cuentas estaban saneadas. Hay que tener en cuenta que las Diputaciones son los Reyes Magos para los ayuntamientos, son los ayuntamientos de ayuntamientos y así vienen trabajando. Además, creo que las Diputaciones no están para hacer política, sino para ayudar a los ayuntamientos y especialmente a los más pequeños porque muchos pueblos no podrían subsistir sin estas ayudas. Hay que tener en cuenta esas subvenciones para infraestructuras, por ejemplo, que con los presupuestos municipales no se podrían llevar a cabo.
Tanto en su toma de posesión como presidenta como en estos meses hemos escuchado que el PP llegaba como el gobierno del cambio. ¿En qué se traduce?
La línea de trabajo es de consenso y de colaboración con todos los grupos políticos. El principal objetivo es ayudar a los pueblos. A todo el equipo de Gobierno y a mí nos generaba mucha preocupació el tema de la despoblación. Se habla mucho de la España despoblada, pero a mí no me gusta nombrarlo así, me gusta hablar de la España de las oportunidades y la provincia de Toledo tiene un potencial inmenso que tenemos que valorar desde la Diputación provincial. Tenemos comarcas con un amplio potencial industrial, como la de La Sagra, pero tenemos otras, como la de Talavera, la Campana de Oropesa y La Jara que tienen una riqueza natural impresionante y hay que aprovechar todo ese valor para que tengan sus oportunidades también.
En estos más de ocho meses en el cargo habrá visitado ya un buen número de municipios de la provincia. ¿Cuáles son las principales necesidades que está detectando?
Es una provincia muy extensa, con 204 pueblos, y todavía no me ha dado tiempo a recorrer todos, pero mi compromiso es hacerlo a lo largo de la legislatura. He intentado estar cerca de los pueblos que han tenido más necesidades. Aun así, intentamos recorrer todas las comarcas y la de La Jara, Puerto de San Vicente y la Campana de Oropesa, por ejemplo, son las más lejanas y ahí hay que darles valor y mucho cariño porque esos pueblos necesitan que estemos cerca de los alcaldes porque son pequeños, tienen poco recursos y es necesario estar a su lado para ayudarlos y que salgan adelante.
En legislaturas anteriores se producían quejas de unos pueblos o de otros, en función del signo político, porque sentían que la Diputación estaba más cerca de los que eran del mismo color político. ¿Cómo anda ahora esta situación?
En la legislatura pasada hubo un acuerdo para que todos los pueblos se trataran por igual y la postura de esta corporación es seguir así y que todos los municipios tengan las mismas oportunidades. No podemos dejar a un pueblo porque sea de un color político o de otro y tampoco favorecer a unos sobre otros. Estamos aquí para trabajar por los 204 pueblos y esa va a ser la característica de la legislatura.
La Diputación dispone de un remanente de 24 millones de euros, una importante cantidad. ¿Cómo se plantea administralos?
Tanto en los ayuntamientos como en las Diputaciones lo normal es que se reserve parte del remanente por posibles afectaciones que se puedan tener a lo largo del año. Por ejemplo, gracias al remanente de 2023 se ha podido ayudar a los pueblos más afectados por la DANA.
En el presupuesto ya contemplamos ayudas para los municipios, pero ese remanente también tiene que ir ligado a infraestructuras, gasto corriente y planes provinciales para estar al lado de los ayuntamientos.
¿Disponer de ese remanente invita a los ayuntamientos a presionar a la Diputación para recibir más ayudas?
Es verdad que los ayuntamientos y los alcaldes siempre queremos lo mejor para nuestros pueblos. Indudablemente, todo nos parece poco y cuando viene un alcalde viene a pedir y también es obligación de la Diputación estar cerca de esos ayuntamientos y poderlos ayudar a generar progreso.
Hablando de dinero... La Diputación acaba de aprobar dos importantes líneas de subvenciones de 29 millones de euros.
Hay también una tercera. Por una parte, el Plan Extraordinario de Inversiones (PEI), con un grueso de quince millones de euros a repartir entre los pueblos. También tenemos 14 millones de euros de gasto corriente y los planes provinciales, con alrededor de 12 millones de euros.
Sin duda, la DANA afectó bastante a varios pueblos y obligó a la Diputación y al resto de administraciones a plantear actuaciones de urgencia. Sin embargo, en los últimos meses se escuchan quejas por el retraso de las ayudas del Estado.
Desgraciadamente, es cierto que los trámites en la administración son muy lentos. La Diputación puso a la semana siguiente diez millones encima de la mesa del remanente que había para que pudieran llegar a los pueblos más afectados. Los pueblos de La Sagra, los más afectados, tenían medio millón de euros a repartir para ocho municipios, y el resto se repartió entre los afectados con criterios bastante objetivos. Sin embargo, del resto de ayudas no se sabe nada todavía.
En mi caso, siendo alcaldesa de Mocejón, mi pueblo no ha recibido nada. Se presentaron las solicitudes y estamos esperando que las ayudas lleguen porque no tenemos dinero para poder afrontar los gastos ocasionados. No se me olvidan los primeros días de limpieza y retirada de muebles y enseres. Se habilitó una zona para acopio de material y cada vez que pasabas por allí pensabas que la vida del pueblo se encontraba en un vertedero.
Imagino que también las ayudas que necesitan los municipios se tienen que destinar a nuevas infraestructuras o mejora de las existentes que eviten en lo posible estas situaciones, ¿no?
Una de las solicitudes más importantes es a la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT). Es un verdadero problema porque los cauces de los arroyos no estaban limpios. Estoy de acuerdo en que hay que infraestructuras que renovar, pero, sobre todo, hay que hacer mucha limpieza y estoy convencida de que si los cauces hubieran estado limpios, todos esos pueblos, Yunclillos, Yuncler, Villaluenga, Cobeja, Mocejón o Magán no hubieran resultado tan afectados.
Además, estamos en conversación con la Junta porque debe ser un trabajo con el compromiso y la complicidad de todas las administraciones. Estamos en buen camino, pero a la CHT le cuesta y tiene que agilizar y ayudarnos más de lo que lo hace. Desde la Mancomunidad de la Sagra Baja hemos mantenido alguna reunión con ella y seguimos pidiendo reuniones, la Diputación también está en contacto, lo mismo que cada uno de los alcaldes.
¿Se plantea alguna medida de protesta o de presión para que lleguen esas ayudas?
En principio, queremos ir por los cauces habituales porque se saca mucho más yendo de buenas. Pero si hubiera que dar guerra, se dará porque no podemos tener otra situación similar a la que vivimos en el mes de septiembre.
La colaboración entre los ayuntamientos y la Diputación es estrecha. ¿Y entre la Diputación y el Gobierno regional?
Hay bastante buena sintonía y con la Junta de Comunidades hay colaboración por ambas partes y colaboramos, entre otras cosas, con los planes de empleo. También tenemos los talleres Recual, que exigen la participación de ambas administraciones. En este caso, creo que lo lógico es que haya colaboración entre las instituciones.
Aunque la sintonía sea buena entre la Diputación y la Junta, no le ha terminado de caer muy bien el canon del agua aprobado por el Gobierno regional.
Evidentemente. El canon del agua es un dinero que afecta al bolsillo de los contribuyentes de nuestros pueblos. Incluso solicitamos a la Junta que recapacitara y lo tuviera en cuenta porque no deja de ser otro gasto extraordinario más para nuestros ayuntamientos y al final hay que repercutirlo a los vecinos.
En relación al empleo, ya se conoce que habrá cuarenta programas de empleo para cuarenta municipios de la provincia, con una inversión de más de cinco millones de euros. ¿Resulta suficiente?
Siempre podemos llegar a más, pero es una buena apuesta por el empleo y para que los pueblos puedan tener su granito de arena en este sentido. Está claro que siempre podemos abrirnos a más posibilidades.
¿Cómo afecta la prórroga de los Presupuestos Generales del Estado este año en la provincia de Toledo?
Al prorrogarse los presupuestos no sabemos con lo que vamos a contar. Las Diputaciones también se nutren de los tributos del estado al igual que los ayuntamientos y te encuentras un poco en tierra de nadie. Para la provincia es un obstáculo.
En principio, se planteaban importantes inversiones en 2024 para nuevas infraestructuras judiciales en distintos partidos de la provincia, como Torrijos o Talavera, por ejemplo, que se pueden quedar en el aire. ¿Le han trasladado su preocupación estos ayuntamientos?
Están a la expectativa porque esta situación te crea cierta intranquilidad. Cuanto antes se despejen las dudas mucho mejor para ver cómo se van a ir desarrollando los presupuestos.
El gran proyecto futuro para la provincia bien podía ser el AVE a Extremadura, una infraestructura que preocupa a la Junta y a los ayuntamientos por su escaso avance y piden agilizar, al menos, el tramo que pasa por Extremadura. ¿Cómo lo está viviendo la Diputación?
Estamos un poco olvidados y tenemos la esperanza de que para 2030, fecha de la Copa Mundial de Fútbol, esté solucionado, puesto que tanto Lisboa como Madrid van a ser sedes. Es una pena que Extremadura, Castilla-La Mancha y Toledo no puedan disponer de estas infraestructuras ya estando tan cerca de Madrid. La semana pasada nos reunimos con el consejero de Transportes de Madrid y le pedimos colaboración para ver si entre todos podíamos solicitar al Gobierno central que agilice el proyecto del AVE.
Nos ocurre lo mismo con el tema de la A-5 y de la A-42, seguimos sufriendo atascos y accidentes y creo que el tercer carril es una reivindicación de hace años. Ya en la legislatura pasada nos reunimos varios alcaldes, de distinto signo político porque cuando trabajamos por nuestros pueblos nos olvidamos de que estamos gobernando bajo unas siglas u otras, para reivindicar las mejoras. Esperemos que no se tarde mucho en solucionar estos problemas.
Los ayuntamientos suelen pedir mucho a la Diputación. ¿Y el de Toledo también?
La verdad es que el Ayuntamiento de Toledo se porta bien, pero también es una administración que necesita. En estos momentos, está trabajando mucho por la Capitalidad Europea de la Cultura y es un tema que nos va a beneficiar a todos. Tenemos que luchar todos por este objetivo y todas las administraciones debemos involucrarnos en este proyecto. Ya hemos mantenido alguna reunión, la Junta también ha estado ahí, y creo que vamos a trabajar todos juntos. Además, hay que poner a Toledo en lo alto de la cima en relación a las ciudades rivales y ojalá que en 2031 Toledo goce la Capitalidad Europea.
Una de las últimas reuniones entre la Diputación y el Ayuntamiento se centró en la posibilidad de que el antiguo edificio de San Juan de Dios pueda adecuarse como centro de mayores del Casco. ¿Se ha avanzado más en esta línea?
En alguna reunión hemos mantenido esta conversación y es una de las opciones porque la zona del Casco tiene esta necesidad. La Diputación cuenta con edificios que están cerrados y podría ser una posibilidad que vendría muy bien a los vecinos, pero se trata de una competencia de la Junta, con lo que tendríamos que ponernos en contacto las tres administraciones y estudiar si es viable y poner de nuestra parte para sacarlo adelante.
Hablaba de los inmuebles sin uso de la Diputación. ¿Esta legislatura se intentará adecuar para que no permanezcan cerrados?
Los edificios están bastante abandonados y el tema presupuestario está ahí, no lo podemos olvidar. Queremos darles utilidad y es una pena que Toledo cuente con estos edificios sin uso, que además tienen una capacidad importante. Hay que valorar y estudiar con los técnicos cómo podemos sacarlos adelante.
Las deficiencias en la residencia asistida de San José están motivando críticas continuas por parte del PSOE. ¿Se pondrá solución con rapidez?
Se está trabajando sobre esas deficiencias. La cubierta de uno de los pabellones se está ya ejecutando y hay un pabellón cerrado que queremos recuperar. Esta residencia, uno de los emblemas de esta Diputación, tiene que contar con los medios necesarios para poder cubrir las necesidades.
En la anterior legislatura se quedó en el aire una propuesta novedosa de Ciudadanos, la posibilidad de hacer un inventario de los inmuebles de la provincia que aún tienen amianto para ir retirándolo gradualmente. ¿Lo ve viable?
Es una buena idea y habría que tender a que este material fuera desapareciendo y debería ser así, pero debe pasar unos filtros técnicos. Me parece una buena iniciativa para llevarla a cabo poco a poco, pero hay que tener en cuenta los costes. Sería un buen punto de partida realizar un estudio para saber la situación e ir dando solución a este problema.
Ciudad de Vascos es la eterna problemática que no parece tener fin. El Ayuntamiento de Navalmoralejo cree que se puede sacar más rendimiento al yacimiento arqueológico. Por otro lado, no hay quien venda el famoso barco de la Diputación. ¿Le preocupa la situación?
Es un tema que me preocupa, evidentemente, porque hay que darle una solución. En estos ocho años tampoco se ha resuelto, ha salido varias veces el barco a licitación y se ha quedado desierta. Tengo la esperanza de que podamos buscarle una solución.
En cuanto al proyecto de Ciudad de Vascos, hay un centro de interpretación en Navalmoralejo que ya se ha dotado de equipamiento. Había un compromiso de la legislatura anterior y se ha llevado a cabo. Hay que tener en cuenta que está en una zona muy rica que hay que potenciar, como el resto de la comarca. Lo más importante es potenciar los proyectos. También esperamos que se solucione el tema del barco. Cuando salga adelante lo haremos público porque será una gran noticia y una alegría para la Diputación.
Los bomberos de Talavera se integraron en el Consorcio Provincial y ya hay balance, este parque llevó a cabo el 72,6% de todas las salidas. ¿Ha sido un acierto que la Diputación asumiera este servicio?
Sí. De esta manera se han centralizado los servicios de bomberos desde la Diputación e intentamos cubrir toda la provincia. También se están realizando inversiones importantes en los parques de bomberos, como en el de Santa Olalla. Aglutinar todos los parques es una buena intención para dar mucha más seguridad en la provincia.
Pero el Ayuntamiento de Toledo se resiste a perder su servicio de bomberos.
Toledo está ahí.
¿Le gustaría a la Diputación asumir también el servicio de los bomberos del Ayuntamiento de Toledo?
Como todo, tiene sus pros y sus contras. Hemos tenido conversaciones sobre este tema y hay buena voluntad por parte de todos, pero también hay que escuchar a los propios bomberos y ver qué es mejor para todos. Está un poco en el aire y hay que buscar el bien de todas las partes.
¿Cómo es el día a día con Vox en la Diputación? ¿Hay buena sintonía?
Hay muy buen clima y desde el principio ha sido un pacto estable y sólido. Para mí, el diputado de Vox, Daniel Arias, es como cualquier otro diputado del equipo de Gobierno. Está gobernando con nosotros, hay muy buena sintonía y las cosas van por buen camino.